Una visión sobrenatural del arte y del artista con una impresionante carga emocional.
La última película de Andrzej Wajda es una mezcla entre la belleza del interior del pintor vanguardista polaco Wladyslaw Strzemiński, que lucha hasta el final por sus ideales, y la crítica feroz a un régimen comunista corrompido y cegado, que censuraba cualquier arte que no elogiase a sus supuestos héroes.
Sensible y cruel, magníficamente filmada por un genio, es un film que te va absorbiendo lentamente con una estética triste, un montaje exquisito y una historia tan desgarradora como real.
Una joya del séptimo arte que no puedes dejar de ver.
5 ★★★★★