Es mágico ver cómo Allen consigue que fluya una historia maravillosa de amores y desamores como si fuese fácil, pero no lo es.
Ambientada en el Hollywood de los años 30, y con una fotografía penetrante y lúcida del genio Vittorio Storaro, la película es nostálgica, elegante, pasional e ingeniosa, pero sin llegar al Allen genial que nos deslumbró a todos.
Kristen Stewart está excepcional, con un primerísimo primer plano que entrará por la puerta grande en la Historia del Cine. Es lo mejor que ha hecho en su carrera.
Si vas a ver una película al más estilo Woody Allen te va a gustar, si pretendes ver otra cosa te decepcionará. Hay que disfrutarla como es.
3***