Everest es una película de supervivencia bien dirigida por Baltasar Kormákur, basada en una historia real, que muestra el poder despiadado de la montaña más alta del mundo, de 8.848m.

La dramatización es espléndida y el escenario inigualable. Los planos aéreos y contrapicados hasta la verticalidad (planos nadir) son impresionantes.

La travesía a la montaña está magníficamente descrita y sientes la falta de oxígeno en tus pulmones. Como suele ocurrir en estas ascensiones extremas, una decisión incorrecta puede ser fatal. Y ya no cuento más.

Salvando las distancias, el año pasado vivimos una aventura semejante en el ascenso al Nevado Quehuisha, en los Andes Peruanos, y he revivido en mi piel aquel descenso perdidos en la noche fría y oscura. Fue tan duro que escribí un libro: «Perdidos en el Nevado Quehuisha».

Si te gusta el alpinismo, la naturaleza y las historias de superación humana, no te puedes perder esta historia épica repleta de sentimiento, donde la vida depende de un cambio de viento.

4 ****