Camino bajo la lluvia, húmedo por dentro, y recuerdo como recorren las gotas tu espalda limpia e insinuante, hasta encauzarse por el centro de tu apetitoso culo
Tus senos se tensan como cuerdas de guitarra, deseosos de que los apriete con mis manos fuertes como el acero. Siento el olor de tu perfume. Suena de lejos «So Cold» de Ben Cocks que embriaga nuestros oídos.
Te recojo el pelo y lo estiro hacia atrás para disfrutar con tu cuello de cisne. No veo tus ojos, pero tu boca se entreabre pidiéndome piedad. Derramo mi último trago de champán sobre tu retorcido cuerpo.
Te humillo y me deshaces.
¡¡¡Ya está aquí la eterna y caliente primavera!!!