Kremer de Seda

Carlos Pecker Pérez de Lama

Zacarías se volvió loco -4-

Cargamos las mochilas verdes de Panama Jack después del merecido descanso y nos disponemos a ascender a 5.000 m. La cosa ya no es jugando. El paisaje es espectacular y los ruteros están felices y deseosos de marchar…por ahora.

La bola de hojas de coca verde-asco que llevo en la boca es ya del tamaño de una pelota de ping-pong. Me quitan el hambre y ni pruebo mi despensita de frutos secos y barritas energéticas. Luna arranca de nuevo con sus pasos cortos pero constantes. Es una máquina de caminar. Fibroso y extremadamente delgado. En mi cuerpo caben 3 Lunas y medio, con megáfono y todo. A nuestro lado el eterno Zacarías, con su banderita de Perú ondeante sobre un palito de madera de un 50 cm. de largo.

La pendiente es pronunciada y todos empezamos a dar bocanadas de aire abriendo la boca como cuando sacas a un pez del mar, pero no hay más oxígeno. Ahora es cuando empiezan a no aguantar más las piernas. A Marta Belver, la periodista de El Mundo, se le sale el riñón izquierdo por la oreja derecha. Le pasa la mochila a un compañero y se agarra a Mario, de RNE, para poder seguir. Se encuentra en el límite. La entrevisto pero no me responde. Tiene los ojos al revés y está más aturdida que Mascherano cuando se dio un cabezazo con el holandés Geroginio Wijnaldum en la semifinal.

Hay dos ruteras que pitan el final del partido. Parecen marionetas sin rumbo. Sus monitoras no paran de animarlas para que sigan, pero sus cuerpos han quebrado. Luna les asegura que si aguantan a los 5.000 hay un par de mulas para que bajen al campamento base a sus lomos. Las dos se miran y siguen muy, muy lentamente hacia arriba. Javier González Iglesias, el cardiólogo de la Ruta BBVA 2014, le da a una un chute de oxígeno para que termine de pie.

Son los últimos metros. Filmo el altímetro de Alonso, de material, como va subiendo poco a poco: 4.998, 4.999 y 5.000 m. de altura. Luna deja suavemente la mochila marcada con su nombre en el camino pedregoso y marca un descanso. Ya no hay una fila, cada uno sube como puede. Vamos llegando con unos caretos que parecemos el elenco de una peli de miedo. Aparecen al fondo las dos heroínas y con las pocas fuerzas que nos quedan les damos un sonoro aplauso que espanta a las llamas, alpacas y vicuñas que pacen tranquilamente en las alturas. La verdad es que nos miran alucinadas desde la distancia como diciendo: «¿Qué hacen estos locos por aquí?». Pues buscar las Fuentes del Amazonas.

Llegan las mulas y montan a las ruteras que no pueden más. Luna pide ropa para que no pasen frío cuando estén paradas y varios compañeros les ofrecen sus prendas. El espíritu de la Ruta sigue intacto.

Ya sólo quedan 170 metros, pero sin duda van a ser los más dolorosos. Zacarías mira el reloj primero y luego sube la cabeza para observar el cielo. Desde lejos meto el zoom y le grabo el gesto. No me gusta nada.

¡¡¡Mañana más!!!

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Carlos Pecker

Realizador, Periodista, Camarógrafo, Técnico de sonido, Iluminador, Editor, Profesor universitario y Escritor.

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