Kremer de Seda

Carlos Pecker Pérez de Lama

Perdón

Una herida abierta sigue sangrando hasta que se cierra definitivamente. Entre ETA y sus víctimas la herida supura sin cicatrizar y el arrepentimiento absoluto de los terroristas y el pedir perdón a las miles de familias cercenadas parece que no llega nunca.

¿Todavía hay miedo en el País Vasco?, esa es la pregunta que queda en el aire en el primer capítulo de Ciudadano Cake, la nueva apuesta de Telemadrid, que busca mostrar la auténtica realidad y enseñársela a los espectadores pero, a diferencia de otros programas, sin discriminaciones políticas de ningún tipo.

El valor ya lo demostró Cake en Durango, donde les preguntaba a los etarras cuándo les iban a pedir perdón a las víctimas, a lo que no obtuvo respuesta alguna por los integrantes de aquella declaración conjunta, pero sí la de miles de personas que apoyamos su búsqueda por cerrar de una vez una herida enorme y dolorosa con tan sólo una palabra: perdón.

Quien crea que Cake es un oportunista advenedizo o un payaso, como le llamaron en Durango, está muy equivocado. Lleva muchos años en la radio y en la televisión, además de ser un conocido monologuista, siempre saltando del periodismo al arte, del arte al humor, y del humor a temas tan profundos como el de la situación del País Vasco o la corrupción política.

Hace ya más de 10 años cuando conocí a Cake. Hicimos un programa piloto, El Gatopardo, de contenido cultural que, como no, a nadie le interesó. El destino nos unió en Intereconomía, primero en un programa de monólogos que grabábamos en la discoteca Green con El Charlas, y más tarde en un formato de denuncia social, Daños Colaterales, donde obtuvo el reconocimiento del público.

Ahora ha llegado a Telemadrid, justo después de que la justicia permita que más de 800 trabajadores se vayan definitivamente a la calle, en un programa muy logrado que consagra la figura de un luchador, Cake Minuesa, que se merece mi máximo respeto y admiración.

Quiero felicitar también al resto del equipo con los que también he trabajado codo con codo. Al camarógrafo Jorge Torres, con el que viví la falsa muerte de un camello en Santillana del Mar; a Javi Casado, con el que disfruté en mil programas de Punto Pelota con Pedrerol; y a los hermanos León, con los que busqué infructuosamente la cola del quetzal. A todos ellos enhorabuena por vuestro excelente y valiente trabajo.

Y si me olvido de alguién pido perdón, no es tan difícil.

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Carlos Pecker

Realizador, Periodista, Camarógrafo, Técnico de sonido, Iluminador, Editor, Profesor universitario y Escritor.

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