Un Gobierno que no gobierna es un gobierno que no existe. Un Gobierno que no controla ni siquiera el aparataje de la burocracia que ha creado es un gobierno inexistente. Nadie respeta sus decisiones. La anarquía se apodera del país y es que en cada territorio o lugar, el jefe de turno tiene su versión de lo que debe ser la “revolución”. Un gobierno cuyos miembros llámense Fuerzas Armadas, policías, oficinistas, funcionarios son incapaces de hacer cumplir las órdenes y decisiones es absolutamente una “falacia”. A menos de 5 cuadras de Miraflores hay colas inmensas para comprar. Este drama “shakespereano” que vive Maduro lo deja sin ninguna posibilidad de enfrentar esta crisis. No gobierna. El acaparamiento, escasez, desabastecimiento, inseguridad, entre otros, es la regla. Un Gobierno que no sabe que nadie le para ni le escucha ni le cree, ni siquiera de su propia gente, es un gobierno que esta caído. Un Gobierno que se “autoengaña” con escenas montadas en sus medios, que nadie ve, ni aún con la ausencia de opciones, es un gobierno no hecho para manejar el estado porque no puede ni manejarse él. Pero no está “tumbao” aún gobierna si es que a esto se le puede llamar “gobierno”. Un Presidente que en lugar de rectificar señala “Dios proveerá” es la mejor señal de que este es un gobierno, que no tiene idea de lo que debe hacer. Ahora, también puede suceder que este «tumbao» Maduro pero no el gobierno chavista. Saque usted sus propias conclusiones.
CARACAS
Para el momento de enviar esta columna ya el Presidente debió haber hablado. Dada las características de este gobierno no veo posible que se asuma lo que hace falta. Si se hace será otro disparate. El gobierno anda tras la pista de los conspiradores. Algunos ubican al General que llaman “El Gato” como el cerebro y de hecho en los rumores de inteligencia cubana hablaban de la operación “El Gato Volador”. Revisan a todos los generales consentidos del difunto porque se cree que alguno de ellos esta anotado.
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