Castilla, este canto es tu canto. Parte I. Fragmento siglo XV

Castilla, este canto es tu canto. Parte I. Fragmento siglo XV

Jorge Manrique

Pare ahora el poema
que una de altas cúspides castellanas,
de donosura extrema,
trae dolientes ganas
de tañer queja a brevedades vanas.

A este don Jorge Manrique,
belicoso personaje
tan severo,
dejadme que le suplique
la gracia de ser su paje
verdadero.

Poeta fue en el inicio
de la belleza ingeniosa
de Cancionero,
donde demostró su oficio:
mílite estrofa, seca glosa
de caballero.

«La fortaleza nombrada
está en los altos alcores
de una cuesta,
sobre una peña tajada
maçiça toda de amores
muy bien puesta».

Bella, mas ruda y tajante
tonada de pie quebrado,
tan medieval,
contundente y atacante,
como cincel engastado
al pedernal.

Pero cuando se junta
una perenne estrofa lapidaria
con la idea que ayunta
la noción más sumaria
de lo humano en compendio y emisaria,

un imperecedero
mármol perdurable ahí se ha labrado.
La dureza de acero
adquiere el humanado
ejemplo, que el vivo verso ha acercado.

«Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
como se viene la muerte
tan callando»

Cuarenta manriqueñas
Coplas estado mortal y divino
de lo humano reseñan
primero. Tal molino
hacia muerte muele todo en su sino.

«Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
que es el morir»

Pero habrá otra morada
más clara y mejor dotada
al final,
mejor y más suave y calma
donde el dolor ya se encalma
eternal.

«Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar»

Segundo invoca nombres
concretos, no de héroes ni de mitos,
sino de damas y hombres
recientes en sus ritos,
próximos, flamantes, mas ya marchitos.

«¿Qué se hizo el rey don Juan?
Los infantes de Aragón,
¿qué se hizieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué fue de tanta invención
como truxeron?»

El «ubi sunt» añejo
es. No nada nuevo. Mas su asombrosa
claridad es espejo
de habla sencilla y hermosa,
dó todo humano y siglo halla reflejo.

En la parte tercera
el maestre don Rodrigo hace entrada,
después que su hijo abriera
pórtico a su llegada
que efigie cualquiera fuese aclamada.

«Aquel de buenos abrigo
amado por virtuoso
de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
y tan valiente

(…)

Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
e parientes!
¡Qué enemigo de enemigos!
¡Qué maestro de esforzados
e valientes!»

Luego en igual llaneza
la muerte es que a tocar viene en Ocaña
su puerta. Con belleza
habla. No siendo extraña
ni la cita ni hablar con ella hazaña.

En sosiego cristiano
don Rodrigo a Dios sumiso se pliega.
Recuerdo vivo, humano,
nos hace última entrega
de fama, que sus actos le congrega.

«Así, con tal entender,
todos sentidos humanos
conservados

(…)

dio el alma a quien se la dio
el cual la dio en el cielo
en su gloria,
que aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria».

Afirmación de vida,
al final, son las «Coplas por la muerte
de su padre», obra erguida
siempre a un triunfo fuerte
en tiempo, país, lengua a que se vierte.

Y no habrá Antología
poética en Castilla, España, el mundo…
que no incluya esta vía
a fama. Por profundo
y sencillo, Manrique fue fecundo.

La Lírica cancioneril del cuatrocientos

Mencionemos siquiera,
luego la imprenta alcanzará a que estallen
-luminosa palmera-,
poetas que detallen
atento y pulcro «amor cortés» que ensayen.

Sutileza ingeniosa
que Cancioneros siegan y recogen.
Delicadeza hermosa
que para Amor recogen
virtuosismos que aun hoy nos sobrecogen.

CANCIONERO DE BAENA

A mitad de centuria,
Cancionero de Baena ya acopia
la asombrosa lujuria
-seiscientas en él copia-
de casi unos sesenta autores propia.

Reyes, nobles, validos,
magnates poderosos, escritores,
halagan los sentidos;
truhanes y señores,
cura y juglar unen líricas flores.

Paremos un instante y glosemos
a don Álvaro de Luna, privado
y poeta del Cancionero
el cual vamos comentando,
con esta continuación
que podemos ir rimando:

Del libro «Castilla, este canto es tu canto» (2016)
Fragmento relativo a Jorge Manrique y una parte del XVI

http://librosdeaache.blogspot.com.es/2014/09/castilla-analizada-verso-verso.html

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Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

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