El «la» que delata y pone en su lugar a «la» Mancha

El "la" que delata y pone en su lugar a "la" Mancha

EL «LA» QUE DELATA Y PONE EN SU LUGAR A «LA» MANCHA
(Sobre el indicador que antepone la lengua castellana a las comarcas)

Este es un artículo de 2006, publicado en el bisemanario «Guadalajara Dos Mil». Su contenido, salvada la anécdota que refleja, es cierto porque aplica una norma lingüística del idioma castellano, y continuará cayendo sobre la conciencia de los políticos que sigan desatendiendo no ya las conveniencias de unidad de los territorios centrales de la península -que esto va en opiniones-, sino que también hacen oídos sordos a las más elementales normas o leyes de la lengua castellana, que la Constitución de 1978 declara de obligado conocimiento para todos, incluidos los políticos, que han de ser los primeros en acatarla…

SE CELEBRÓ ESTE LUNES la entrega de los premios “Castellano-Manchegos del Mundo”, un ágape por todo lo alto en donde no faltó casi nadie de los que viven del presupuesto público: políticos en activo, políticos retirados, banqueros de Cajas de Ahorro que antes fueron políticos hasta que descubrieron su verdadera vocación de servicio al pueblo -hacer lo que les place con el dinero de las clases medias y populares, que ya veremos en qué termina este sarao de la Cajas de Ahorros, en donde todos los partidos, desde la derecha al socialismo y al comunismo, triscan, pacen y medran alegremente-, periodistas a sueldo completo de la Junta autonómica y periodistas a medio sueldo, hasta intelectuales y artistas de verdadero valor y relieve, que también hubo alguno… incluso entre quienes recibían los premios.

La crema de la intelectualidad, que se dice. Los intelectuales orgánicos, que se apuntan a todos estos refrigerios oficiales, para seguir viviendo del cuento, en algunos casos. O el no va más del pensamiento, como el filósofo José Antonio Marina, que a lo mejor hasta se tiene merecido este premio.

Y bien, ¿ya han conseguido determinar todos estos cerebros oficiales qué es “eso” tan regional y tan claro que, al parecer, estaban todos ellos festejando?

Porque el presidente Barreda no lo sabe, el otro día se lo preguntaron y dijo que, propiamente, él no sabría responder, porque en realidad se trata de una “región yuxtapuesta, que hasta en el nombre indica que son dos entidades geográficas o hasta históricas distintas”.

Pues no, señor presidente Barreda, y usted debería saberlo mejor que nadie, que para eso es licenciado en Geografía e Historia: historia propia la Mancha, nunca ha tenido, siempre fue una parte de la Historia castellana, desde la Reconquista.

Y tampoco el problema es que se trate de dos entidades geográficas, porque en la región hay veintitantas entidades geográficas o comarcas distintas, pero no es de eso de lo que se habla cuando se trata de regiones políticas.

¿Qué es “la” Mancha? Pues se lo diremos al geógrafo Barreda y a todos los intelectuales orgánicos que se reunieron en el ágape oficial, por si no lo habían descubierto.

EL «LA» QUE DELATA Y PONE EN SU LUGAR A «LA» MANCHA

“La” Mancha es eso que indica su artículo, desde el comienzo. El indicativo que usa el idioma castellano para designar a las comarcas… A todas ellas. A cualquiera de ellas. Territorio que se designe en castellano comenzado con un artículo… es una comarca. No una entidad política o histórica, sino uno de los espacios geográficos que pertenecen a una entidad superior, que los engloba, políticamente.

La Mancha, la Alcarria, la Campiña, los Montes de Toledo, el Valle de Alcudia, la Jara, la Sagra, la Serranía de Cuenca, el Valle del Alberche, la Mesa de Ocaña, etcétera. Comarcas. Hasta su nombre lo indica, integradas en entidades políticas mayores.

¿Se entera el señor Barreda? ¿No lo estudio en primero de carrera? ¿Se enteran los intelectuales orgánicos?

Pues ya lo saben. Y ahora sigan celebrando sus ágapes, y preguntándose exactamente qué celebran. También se lo diré: un trampantojos conceptual y un invento castellanófobo de quien inventara semejante ocurrencia antilingüistica para negar la castellanidad de Castilla en todas sus comarcas.

Que les aprovechen sus trampantojos, pero que los “intelectuales” no nos tomen a todos por tan engañados o tan vendidos como ellos. Porque este pobrecito escribidor teme que alguna de las dos cosas, sean. O bien es que pasaban por allí sin haberse enterado de estos datos, que ahora, después de recordar una regla básica del castellano, ya dejo en su moralidad el obrar en consecuencia.

Juan Pablo Mañueco,
Artículo en «Guadalajara Dos Mil», Guadalajara, año 2006.

NOTA. Sobre este tema y basado en este mismo hecho trata uno de los cuatro entremeses en estilo cervantino, que se incluyen en esta obra mayor de teatro publicado en papel; «Con Machado, esperando a Prometeo» (2015)

Dicho entremés, «El entremés de las comarcas castellanas» ha sido después publicado digitalmente en 2016, independientemente, dentro de la obra «Cuatro Entremeses al modo de Cervantes». La cuestión es tratada escénicamente con humor, como corresponde al carácter de los entremeses.

https://www.amazon.es/Cuatro-entremeses-al-modo-Cervantes-ebook/dp/B01HDOF4DI/

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Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

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