PALENCIA, CRISTO, RÍO, TEMPLO
Gracias, por bienandanza
del viaje que tú guías, Pastor Santo,
el cual ahora avanza
hacia el cerro y canto
que al Cristo del Otero presta encanto.
Con mis manos levanto
oración a Jesús, al cual alcanza
treinta metros, y tanto
cielo cuanta mudanza
de nubes por él revuela en alianza.
Afluente palentino
Carrión, que baja al Pisuerga a reunirse,
es de la urbe vecino
donde el Este a vestirse
de urbanos parques viene a cubrirse.
A Huertas, que medirse,
del Obispo, con verde en sierra o pino
pueden, vemos reunirse
al río en su camino.
Y luego a Catedral sigue el divino
paso en son peregrino
que le lleva por calles a sumirse,
tras torre que imagino
un bélico sentirse,
mudado luego a un gótico cubrirse.
Juan Pablo Mañueco (2015)