Cazadores de ballenas de Santoña y de Laredo

Cazadores de ballenas de Santoña y de Laredo

CAZADORES DE BALLENAS DE SANTOÑA Y DE LAREDO

España, mareas de tus tres mares

de «España, mareas de tus tres mares» de Mañueco (2015)

I. ALLÁ VAN LOS BALLENEROS

Están los atalayeros
desde Santoña mirando
por ver en el mar bogando
la ballena los primeros.

De su atalaya en roquedo
pasan las horas catando
por ver ballenas soplando
antes que los de Laredo.

Abajo, cerca del puerto
disponen los arponeros
venablos aventureros
que impulsar en mar abierto.

Un soplo de cinco metros,
formando gran uve blanca,
marinos gritos arranca.
¡Y ya han tomado sus cetros!

En la chalupa con remos
allá van los balleneros.
Bogan fuerte seis remeros,
el popel orienta extremos.

II. EN LA PROA, EL ARPONERO

Plegables son los maderos
de las velas. Huido el viento,
no perjudique en su asiento
la fuerza de los remeros.

En la proa, el arponero
otea la caudal cola
que inventa y crea cada ola
con golpe más y más fiero.

Otras chalupas remeras
poco a poco van llegando,
alguna está desplegando
palos con velas venteras.

«¡Ahí va!», grita el timonel
santoñés. Sus remos largos
dejan los mares amargos
golpeados en carrusel.

El flechador de delante
de las barcas de Laredo,
grita aun con mayor denuedo:
«¡Y nosotros, al instante!».

III. LA ALETA CAUDAL VA CREANDO LAS OLAS

Competición que da miedo
pues remo hundido retoña
entre Laredo y Santoña,
y entre Santoña y Laredo.

Los coletazos caudales
y los saltos del cetáceo
al mar lo tornan grisáceo,
no a pescadores vitales.

Las aberturas nasales
del mamífero marino
aire y vapor repentino
expulsa a partes iguales.

De pronto lluvia de arpones
desde ambos lados le vienen
con cuerdas en que resuenen
desenrollados sus sones.

Y ya es inútil que avive
el ritmo de sus paladas,
van las estachas atadas
al cuerpo que las recibe.

IV. BAJO EL MAR SE HA SUMERGIDO

Será el primero que arribe
a su larguísima eslora
el que vea cómo llora
la que fue reina de mares.

Mas de costa se percibe
aplausos de gente viendo
al cetáceo cediendo
ante bravos capitanes.

El mamífero barbado,
que nota su cuerpo herido,
bajo el mar se ha sumergido
con un plan desesperado.

Tal vez emerja furioso
y contra chalupa embista,
con boca en ariete arista,
rufa rabia en cada foso.

Tiempo tarda en su declive
a la espera flota aguarda,
por si peligro o gallarda
victoria en agua se escribe.

V. UN GRAN MONTE VARADO

El mamífero ensartado
del mar remueve las hojas,
mas gris pecho muestra rojas
manchas de sangre a su lado.

El surtidor de su fuente
uve ya no emana blanca,
sino surte rubia y franca
vida que escapa en su frente.

Al fin, en mar ha quedado
como un gran monte varado.
Habrá ahora que saber
quién mejor la ha arponeado,

y pensar luego en volver
al puerto que haya ganado.
Todos de entre lo cazado
tendrán su parte y haber,

aunque el mejor cazador
cortará mejor bocado
en Santoña o en Laredo,
donde está el mejor pescado
y en los días de ballena
hasta está allí el mar, cazado. (2015)

http://aache.com/tienda/578-espa%C3%B1a-mareas-de-tus-tres-mares.html

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Juan Pablo Mañueco

Nacido en Madrid en 1954. Licenciado en Filosofía y Letras, sección de Literatura Hispánica, por la Universidad Complutense de Madrid

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