ELEGÍA A MIGUEL HERNÁNDEZ,
cuyos ojos al morir no pudieron cerrarse. Parte II
El hombre acecha el vuelo
hoy de tus versos, símbolos y rimas,
en donde halla consuelo
por el amor en cimas.
Y en cimas duelo, que, al cantar, sublimas.
Quién te ha visto postrado
por afección y por derrota, huyendo
hasta ser apresado,
y quién te ve hoy uniendo
en tu honor a ambos bandos. Tú venciendo.
No hay que apartar la tierra
por verte, ni llorar ausencia triste,
pues tu alma no la cierra
ni hachazo que sentiste
ni el desdichado marzo en que partiste.
Torna abril entre flores
a pajarear hojas de tu higuera,
cada vez que enamores
a un lector que volviera
a tus hojas de libro; y las leyera.
Treinta y un años tempranos
y ya hubo que contarte entre difuntos,
mas tus cantos lozanos
en patrimonio adjuntos
dejaste a mundo y hombre, de ti trasuntos.
(Seguirá hasta 4 Partes)
Publicada en el libro “Castilla, este canto es tu canto. Parte II”, julio 2014.