El Reial de Maderit és un equip català

Todavía lloran. Traerse a Guardiola para presentar el manifiesto separatista del domingo en Monjuich era invocar el fantasma (o fantasmón) de una historia mítica, cuando el Barça almogávar había llegado a ser, por fin, algo en el mundo. Pero la duodécima (cuánto bien ha hecho hasta por nuestra lengua, ya no habrá ministros que dirán la “doceava”) ha sido un estallido, la metáfora de los cañones de Domingo Batet, catalán, lanzando andanadas blancas contra la Yanaralitat, las tropas francesas de Felipe V rompiendo las defensas de una Barcelona defendida por españoles a los que hoy repudian, y sobre los que mienten como bellacos. Que son. Por eso lloran y lloran. Se les ha ido a tomar por saco la leyenda del equipo invencible.

La noche del tres de junio, mientras en Cardiff el Real Madrid bailaba sardanas entre la admiración del mundo, en Barcelona y otras ciudades como Vic, Gerona, Lérida, Reus o Manresa sufrían graves inundaciones. También se oyeron torrentes de lágrimas en el despacho del presidente de Extremadura, Fernández Vara, y en los diversos chalés del ex-presidente Zapatero.

En la ciudad de Barcelona, en concreto, las riadas bajaban desde la Fuente de Canaletas hasta arrasar toda la zona de costa de la ciudad. El Palacio de la Generalidad, el Ayuntamiento y, sobre todo, las sedes de la Asamblea Nacional Catalana, del Òmnium Cultural, de Esquerra Republicana, de Pos-demos-porsac-tot-el-que-podem, del PSC y del partido político CUP se vieron gravemente afectadas por los desbordamientos y por graves ataques de tiña.

Por eso han sacado las últimas reservas: el Centre de Recerca de Nova Història ha decidido intervenir en ayuda del separatismo barcelonista y ha apuntado ya una hipótesis salvadora. Las lágrimas producidas por los llantos de los catalanistas tras el éxito del Real Madrid, el equipo de los colonos y los opresores centralistas (incluso parece que a ello habrían podido contribuir también las lágrimas vertidas, pero de risa, por el millón de catalanes seguidores del Real Madrid en la región), se deberían a un penoso equívoco, una gran mentira, otra más de las maniobras que desde el Estado se habrían puesto en marcha para destruir la moral de victoria del movimiento soberanista, cuyo triunfo final se acerca después de la lectura del manifiesto por la independencia en boca de ese hombre santo que es Pep Guardiola.

Y así, de la misma manera que el Centre de la Nova Història ha descubierto en los últimos años que Cervantes era un Servent (de la famosa familia de turroneros y heladeros de Jijona); que Santa Teresa de Jesús, además de Colón, Leonardo da Vinci, Erasmo, el juglar del Cid o Fernando de Rojas también eran catalanes; que, además, tanto el Quijote como el Lazarillo estaban originalmente escritos en catalán, y que solo el temor a la Inquisición, ya entonces en manos de un tal Raxoy, les habría llevado a publicarlos traducidos al castellano; o que la primera lengua que se habló en América fue, lógicamente, el catalán, así hoy este centro de estudios ha dicho estar en condiciones de afirmar que la final de la última copa de Europa ha sido una completa impostura, porque el equipo que la ganó fue un equipo catalán con jugadores como Cristià Ronalt, Sergi Rams, Lluch Modrit, Marcel.lo, Karim Ven-demà, Francesc Alarcò, Marc Asensi y Carles (dígase CarlAs, si us plau) Enric Casemiret, todos ejemplos de cómo la opresión españolista ha obligado a cambiarse los nombres a los futbolistas catalanes.

Más aún, el Real Madrid es un equipo catalán, y debería llamarse Reial de Maderit, ya que, según estos investigadores subvencionados por la Yanaralitat, la ciudad, Maderit, fue siempre una posesión catalana que Felip II arrebató a la Corona Catalana en castigo por acoger a su secretario traidor Antonio Pérez, Antoni Pèrez en su partida de nacimiento, que tuvo que castellanizar su nombre para poder ascender en la corte, igual que Florentí Pèrez, president del club català disfrazado de español.

Así, pues, ha concluido el portavoz de la institución, España no ha ganado nunca una Copa de Europa, pues todas las copas del Barça y del Reial de Maderit son catalanas. Las doce copas serían así producto del robo sostenido que Cataluña viene sufriendo desde hace mil años por parte del Estado: “Espanya ens roba… també les copes d’Europa”, han añadido.

“Que nadie siga llorando en Cataluña” es la ‘crida’ lanzada desde Nova Història. “El mar de lágrimas causadas por el Reial de Maderit, el nostre equip, es producto, una vez más, de los engaños, manipulaciones y trapacerías del Estado ‘oprimente’. Tengamos fe y esperanza”, han añadido, pues al parecer ya está en marcha una nueva investigación para demostrar que el Estado también es catalán. Y a ver quién se atreve a desmentir eso.

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