Hermosillo

Efrén Mayorga

Historias chinas del origen del narco en México

+Quesque la llegada de los chinos a Sinaloa detonó el cultivo.
+Existen distintas versiones sobre el inicio del narcotráfico en México.

Para cambiar un poco de tema, en esta ocasión le presento a usted dos versiones sobre el origen del narco o de la amapola en México.

A mí gusto que son cuentos chinos un tanto entretenidos para quien no tenga nada que hacer en principio de semana; le invito a leer ambos textos, a saber:

+El Narcotráfico en México
+Amapola mexicana: orígenes de un imperio

+El Narcotráfico en México
Existen distintas versiones sobre el inicio del narcotráfico en México, sin embargo, todas éstas apuntan a que el ilegal y lucrativo negocio tiene su origen en Sinaloa con la llegada de personas procedentes de China. Uno de los artículos que se han publicado respecto al tema es el de Froylán Enciso Higuera, investigador del Centro de Estudios México-EU de la Universidad de California.

La historia según la glosa sinaloense apunta a que Lai Chang Wong, un inmigrante chino que nació alrededor de 1869 en Hong Kong y que llegó a México en 1911, es uno de los precursores del cultivo de amapola y otras drogas, principalmente en Sinaloa.

De inicio el chino llegó a Estados Unidos y luego viajó a México donde se desarrolló como médico con los revolucionario del noroeste. Durante 10 años brindó sus servicios en el Ejército, pero un balazo lo obligó a dejar la lucha y comenzó a practicar medicina naturista en la sindicatura de Eldorado, perteneciente a Culiacán, Sinaloa. Ahí un sacerdote lo convirtió al cristianismo y lo bautizó como José Amarillas.

SE DESEMPEÑÓ COMO ‘CURANDERO’
Debido a que el hombre sí tenía conocimientos en medicina, José Amarillas puso un consultorio en el pueblo de San José de la Puerta, en Badiraguato y ahí se desempeñó como ‘curandero’.

Para sus ‘remedios’, José Amarillas comenzó a cultivar col, rábanos, lechugas, tomates y esas flores que ahora son conocidas como amapola.

«Esas hermosas flores de amapola eran una de las materias primas de Amarillas para su medicina natural: conocía los poderes narcóticos y curativos de los opiáceos”.
Según el artículo publicado en 1948, José Amarillas decidió retirarse y junto a su hijo Chepe se cambió a la comunidad de Jesús María, en la colindancia entre Culiacán y Badiraguato. Murió en 1953.

PACTO ENTRE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS
De acuerdo al portal Unión Jalisco, uno de los mitos en torno a los inicios del narco en México señala que existe un pacto para la producción de estupefacientes con Estados Unidos.
Un artículo de la autoría de Humberto Valenzuela Álvarez, profesor normalista y ex presidente de Badiraguato, cita que Estados Unidos y México firmaron un acuerdo para buscar un lugar apropiado para la siembra de amapola en México.

Entre sus líneas también menciona que «un señor de apellido Amarillas, de ascendencia China fue (…) quien los llevó hasta las montañas en busca de clima y tierras apropiadas, pero también de hombres en que pudieran confiar por su capacidad y valor, así como su discreción. Para tal fin se llegó a Santiago de los Caballeros, Badiraguato”.
En su escrito el profesor no especifica los términos del supuesto acuerdo firmado entre ambas naciones para la producción de opio, el cual era muy demandado por las fuerzas militares debido a la Segunda Guerra Mundial.

A pesar de los señalamientos, no existe ningún documento que pruebe o documente la existencia de dicha comisión binacional.

DESDE SUS INICIOS, LAS CONSECUENCIAS SON VIOLENTAS
En el mismo artículo, el cual recabó distintos testimonios describe al narcotráfico envuelto de violencia y corrupción.

«Durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) era ya evidente para el gobierno que no podían seguir los abusos de autoridad. Por eso, el presidente asignó al general badiraguatense Teófilo Álvarez Borboa para que instrumentara una campaña antinarcóticos. El general Álvarez citó a algunos productores de drogas en Mazatlán. Los perdonó por última vez y pidió que no siguieran en ese negocio. (…)

«El negocio de las drogas ilegales fue creciendo. Llegó el momento, en la década de 1970 en que, según dice Valenzuela, el consumo interno de drogas en Sinaloa era alarmante”.
Otras de las constantes en el narco es la presencia del Ejército.

El historiador sinaloense de ascendencia japonesa, Heberto Sinagawa Montoya reunió ciertos toques de violencia en torno al narco en su diccionario Sinaloa, historia y destino.

DESDE LA PERSPECTIVA DE SINAGAWA
«El origen del narco sinaloense se debió a la transmisión del conocimiento sobre opio de los chinos a campesinos pobres y aventureros cazafortunas. De su narrativa se puede inferir que son estos cazadores de fortunas quienes crearon las expresiones más vistosas de la ahora llamada narcocultura y quienes fueron los responsables de que surgiera tanta violencia en Sinaloa”.

De los primeros sucesos violentos en el narcotráfico se menciona a Alfonso Leyzaola, jefe de la Policía Judicial del Estado en 1941, cuando destruyó plantíos de amapola e incautó goma de opio a los habitantes de la zona de Santiago de los Caballeros en Badiraguato.
«A su regreso, una docena de hombres los emboscaron desde la parte alta de una cañada llamada Los Alisos. Leyzaola sobrevivió, gracias que su ayudante Francisco Urías lo condujo a una choza para curarlo. Poco tiempo después, sus atacantes los alcanzaron, los torturaron y colgaron a Leyzaola de un árbol. (…)

«Luego de este trágico inicio de la lucha por el narcotráfico, la actividad se mantuvo en la región”.

CHINOS, EL GRAN MITO
Si bien es cierto que a través de la llegada de los chinos a Sinaloa trajo el conocimiento sobre el cultivo del opio, es imposible decir que toda la responsabilidad cae sobre ellos.
«El primer gran mito del origen del narco en Sinaloa es este que atribuye a los chinos todo el crédito por el origen del mal”, señala Enciso en su texto.

Y concluye que: «Es evidente que los chinos sufrieron la persecución racista de los sinaloenses y norenses incluso después de haber colaborado con su esfuerzo al desarrollo económico de estas tierras. Con el correr de los años y las investigaciones, es posible afirmar que los inmigrantes chinos trajeron consigo conocimiento sobre el opio y que, dados sus antecedentes con el imperio inglés (recuérdense las consecuencias de la Guerra del Opio), también trajeron su dependencia física a los opiáceos.

Pero los chinos no pudieron iniciar solos ni fueron los grandes beneficiarios de las primeras redes de contrabando de opiáceos. Quedan muchas dudas sobre cómo se establecieron estas primeras redes, cuál fue el papel del gobierno y quiénes fueron los personajes que mayores beneficios obtuvieron de estos contrabandos”. http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/nacional/2017/7/29/narcotrafico-mexico-667414.html

++ Amapola mexicana: orígenes de un imperio

Amapola mexicana: orígenes de un imperio
Por: Federico Campbell*

A pesar de que obraban en su favor los atenuantes de “ignorancia, extrema pobreza y marginación”, 200 trabajadores empleados en Sinaloa “a cien mil pesos” diarios** en un secadero de mariguana, fueron detenidos en 1991 por haber delinquido “contra la salud”.

Muchos de los arrestados eran menores de edad y realizaban tareas de empaque, secado y deshebrado de la “maldita” hierba. Los cinco mil metros cuadrados del secadero fueron descubiertos en la sindicatura de Pericos, municipio de Mocorito, a 45 kilómetros de Culiacán, por la brecha de terracería que comunica los poblados de Rancho Viejo y Los Coyotes.

En esa comarca no es nueva la siembra de mariguana ni el cultivo de la amapola. Todo empezó cuando en el momento más álgido de la segunda Guerra Mundial –cuando los gringos se andaban matando con los japoneses en los mares y las islas del Pacífico– los gobiernos mexicano y estadunidense acordaron de manera no escrita que en Sinaloa se cultivara la materia prima de la morfina (y del opio, aquí entre nos).

Luis Astorga hace un poco de historia. “Sin distinciones morales ni jurídicas entre policías y contrabandistas”, antes de entrar en materia Astorga realiza una estupenda composición de lugar histórica sobre los antecedentes del fenómeno.

Independientemente de la postura ética personal de cada quien ante el tráfico de heroína y mariguana, piensa Astorga, no hay que ignorar los fundamentos históricos de la “leyenda negra” o el “mito” de la “cultura de la droga” en el noroeste del país. Por lo menos hay que intentar responder a los interrogantes más obvios: si el financiamiento y el saber-hacer (la técnica) vinieron de afuera y los campesinos empezaron a sembrar pequeñas parcelas, ¿cómo empiezan a destacar en el mundo del tráfico de plantas prohibidas ciertos individuos de la localidad?

¿Sembraban más que otros? ¿Era mayor su capacidad empresarial? ¿Cómo se va constituyendo una cultura serrana que integra una actitud positivia hacia el cultivo y tráfico de amapola y mariguana, un saber-hacer que se transmite de padres a hijos, una solidaridad que permite hacer frente a los representantes del Estado al tiempo que posibilita el surgimiento de empresarios de la droga, hoy famosos e inmortalizados en corridos?

Himno nacional
Los orígenes del narcotráfico en Sinaloa son tan inciertos como pueden serlo las leyendas que corren de boca en boca, de generación en generación. Herberto Sinagawa, el historiador sinaloense, afirma que los chinos llegaron a Sonora y Sinaloa huyendo de las difíciles condiciones de vida que conocieron en las minas de cobre de Santa Rosalía, Baja California Sur, explotadas por la Compagnie du Boleo desde 1885. Algunos entraron en Sonora por Guaymas y otros en Sinaloa vía Playa colorada, municipio de Angostura.

“Ellos trajeron la semilla de la amapola, la sembraron en sus huertos y el producto lo destinaron para su uso personal […] La mayoría se encerró en sus sórdidas madrigueras para satisfacer un vicio muy arraigado que se transmitía de padres a hijos en la patria lejana y pobre.”

Décadas después, el cultivo de la amapola se hizo ya con fines de comercialización ante una demanda cada vez más fuerte por la segunda Guerra Mundial (los soldados norteamericanos en Europa y en el Pacífico necesitaban grandes cantidades de morfina). Ciertos chinos asesoraron a campesinos sinaloenses pobres para la explotación en grande de la amapola. Los lugares donde se concentró su cultivo fueron las zonas serranas.

Un funcionario estadunidense, representante del Departamento del Tesoro en México, afirmó en los años cuarenta que los chinos habían empezado la producción de opio hacia 1925, pero que los mexicanos controlaban ya (en 1943) 90% de las operaciones.

El desaparecido abogado badiraguatense Raúl Valenzuela Lugo, cuenta Luis Astorga, solía decir que entre 1940 y 1950 podía observarse una intensificación del cultivo de la amapola en Badiguarato, debido a la segunda Guerra Mundial y a la necesidad de los Estados Unidos de abastecerse de heroína. Atribuía la técnica para el procesamiento del opio a un chino radicado en Jesús María –municipio de Culiacán, pero en los límites con el de Badiguarato– quien después se trasladó a Santiago de los Caballeros para transmitirla a otras personas.

Un ciudadano entrevistado por Astorga en Badiguarato recuerda haber visto por primera vez una planta de amapola cuando tenía alrededor de siete años, es decir, hacia 1940. Su padre sembraba y él le ayudaba a transportar la goma de opio en botes mantequeros, que bajaban con una soga al barranco donde se rayaban los bulbos de la planta. Dice que el gobierno no es consistente en su política contra las drogas, pues en ocasiones los mismos militares proponían a los campesinos que sembraran: 50% para ellos y la otra mitad para los cultivadores. Prosiguió el simulacro del combate oficial al cultivo y luego, durante el gobierno de Toledo Corro***, los mismos militares y judiciales escoltaban los cargamentos, dice. La misma complementariedad del ejército y los sembradores de amapola se dio en Sonora en los años 1938 y 1939.

Según el profesor Humberto Valenzuela Álvarez, ex presidente municipal de Badiguarato, un tal chino Amarilla radicado en Jesús María y asociado con estadunidenses del hampa o del gobierno, encontró en el microclima de Santiago de los Caballeros la zona ideal para el cultivo. Recuerda que cuando tenía seis años (nació en 1941) en el camino entre San Javier de Abajo y Rancho Viejo “había unos plantíos de flores de colores muy bonitas; ésa fue la primera impresión que tuve de la siembra de la amapola, a la orilla del camino”.

Después supo que en aquellos tiempos hubo ciertas oportunidades: ya sea por determinada gente del gobierno, por compromisos o convenios, se permitió que se sembrara. Aunque no tiene noticia de algún convenio oficial entre México y los Estados Unidos, el hecho mismo de que en los patios y los cercos alrededor de las casas se consintiera la siembra le hace pensar que sí hubo algún arreglo.

[…] Al terminar la segunda Guerra Mundial con el bombazo sobre Hiroshima los gringos regresan a San Diego y el gobernador de Sinaloa quiere que en la sierra se queme y arrase todo lo que se había sembrado. “Qué iban a querer quemar los labriegos si habían vivido como sultanes durante los últimos cuatro años. Y qué iban a querer entender los sardos, si a ellos lo único que les interesaba era la mariguana.”

Nota de la Redacción: diversas fuentes coiniciden en que hoy, la goma de opio que se obtiene a lo largo de la costa del Pacífico mexicano, desde Guerrero hasta Sonora, es precursora de la mayor parte de la heroína que consumen los estadunidenses. El auge comenzó durante el sexenio de Felipe Calderón, al calor de la supuesta guerra “contra” las drogas, que fortaleció como nunca a los cárteles mexicanos y causó la muerte de más de cien mil personas y la desaparición forzada de un número siempre creciente y siempre desconocido.

*Escritor y periodista mexicano, nacido en Tijuana en 1941 y muerto en la ciudad de México en 2014. El fragmento aquí expuesto fue tomado de La era de la criminalidad (FCE, 2014) y corresponde al ensayo La épica de la droga (pp 542-556).

**Equivalentes a cien pesos de hoy.

***Antonio Toledo Corro fue gobernador de Sinaloa (1981-1987), cuando la entrada en vigor del modelo neoliberal, que desató la pobreza en las ciudades y la miseria en el campo, convirtió el negocio de la droga en una de las principales actividades económicas del país. Hoy, junto con la exportación de coches, es una de las dos mayores fuentes de divisas. Diversas fuentes estiman que, sólo por la heroína, en 2014 México captó 20 mil millones de dólares. http://polemon.mx/amapola-mexicana-origenes-de-un-imperio

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