Hermosillo

Efrén Mayorga

Ningún país debe imponer voluntad: Peña Nieto

+ Al fin aparece la OEA; tal vez apoyen a México.
+ 50 años del Tratado de Tlatelolco.
+ Claro, directo y diplomático mensaje a Donald J. Trump.

Ningún Estado, por poderoso que sea, puede pretender imponer su voluntad en contra de los principios forjados por la comunidad internacional, advirtió el Presidente Enrique Peña Nieto.

Por ejemplo, expuso, los países de América Latina y el Caribe son una región solidaria que demanda relaciones internacionales basadas en el respeto y diálogo, no en la intimidación.

«El Tratado de Tlatelolco es una prueba patente de la eficacia y vigencia de los acuerdos multilaterales, su esencia es clara, ningún Estado, por poderoso que sea, puede pretender imponer su voluntad en contra de los principios forjados por la comunidad internacional», apuntó.

El Presidente asistió a la Cancillería a la conmemoración del 50 aniversario de la firma del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina.

«En este acto, los países de América Latina y el Caribe nos reafirmamos como una región propositiva y comprometida con la paz mundial, compartimos la visión de que las relaciones internacionales deben basarse en el derecho, en el respeto y el diálogo, jamás en la intimidación o el uso de la fuerza».

Durante más de siete décadas, continuó, los pueblos de las Naciones Unidas han estado resueltos a llevar a la práctica los más altos valores universales, como la paz, la seguridad internacional, los derechos humanos y el progreso social.

El Presidente asistió a la Cancillería a la conmemoración del 50 aniversario de la firma del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, conocido como Tratado de Tlatelolco.

El Primer Mandatario aseguró que aún existen amenazas latentes, como las armas nucleares, por ello pidió acelerar un acuerdo universal sobre ello y la paz mundial, en todas sus expresiones.

Sin embargo, indicó el mexiquense, la solidaridad y exigencia debe ir más allá de este tema, por lo que también solicitó acciones para frenar el tráfico de ilegal de armas, debido a que el 44 por ciento de las muertes en la región son provocadas por armas de fuego.

«Cada año, mueren alrededor de 740 mil personas a causa de armas pequeñas y ligeras. Nuestra región es una de las más afectadas por este flagelo, aunque hemos construido un andamiaje multilateral, debemos redoblar esfuerzos, particularmente para hacer efectivo el tratado de comercio del tráfico de armas», agregó.

Peña demandó mayores esfuerzos para que América Latina y el Caribe sigan siendo una zona de paz y desarrollo, libre de armas nucleares, pero también sin violencia, y se fortalezca a través del diálogo, el derecho y la cooperación.

Afirmó que desde la Independencia, los países de la región han estado unidos por causas e ideales, y siempre marcados por la solidaridad.
«Hoy, nuevamente frente a la coyuntura internacional, el mundo observa nuestra unidad latinoamericana», expresó.

«Agradezco a los pueblos de América Latina y el Caribe su apoyo, solidaridad y afecto. Los buenos amigos destacan en los momentos de dificultad, y para los mexicanos, ha sido muy emotivo recibir su respaldo». Con información de Érika Hernández y Silvia Garduño, Cd. de México, 14 febrero 2017.www.reforma.com

50 años del Tratado de Tlatelolco. Hace poco más de 50 años el mundo se encontraba al borde de una catástrofe nuclear como resultado de la “Crisis de los Misiles”, uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría. Ante tal situación, que amenazaba no sólo la existencia de las naciones que se confrontaban, sino de la humanidad, el 29 de abril de 1963, los presidentes de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México emitieron una Declaración Conjunta para anunciar la intención de convertir a América Latina en una zona desnuclearizada.

Dicha declaración, promovida por el entonces presidente de México Adolfo López Mateos con el propósito de librar a la región de las consecuencias de un enfrentamiento nuclear, fue la plataforma de los esfuerzos que culminaron en la desnuclearización de América Latina mediante el Tratado de Tlatelolco, es decir, del Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, firmado el 14 de febrero de 1967 en ese sitio histórico de nuestra ciudad.

El tratado es reconocido como una de las contribuciones más trascendentales de la diplomacia mexicana para la humanidad y uno de los aportes más importantes de Latinoamérica en favor de la paz y la seguridad internacionales. Con su entrada en vigor, se estableció la primera zona libre de armas nucleares en un territorio densamente poblado. Esto quiere decir que los países latinoamericanos y aquellos poseedores de armas nucleares están impedidos para desarrollar, producir, albergar, poseer, transferir y, sobre todo, para emplear este tipo de armas en la región. El tratado, también, destaca como pieza clave contra la proliferación y la contención de la carrera de las armas nucleares al haber servido como referente para la creación de otras cinco zonas de este tipo y por haber generado condiciones que contribuyeron a la exitosa negociación del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares. Como legado del Tratado de Tlatelolco, 115 países integran hoy día zonas libres de armas nucleares. Esto significa que nuestra región puede siempre honrarse del papel que jugó para que tres cuartas partes de las naciones hayan renunciado a las armas nucleares.

El 50 aniversario de la apertura a firma del tratado nos permite reconocer los valiosos esfuerzos que, con base en lo más noble de la diplomacia y los propósitos y principios de las Naciones Unidas, todos estos países hemos hecho en favor de garantizar un mundo más seguro, estable y justo para las generaciones presentes y futuras. http://www.excelsior.com.mx/opinion/mexico-global/2017/01/02/1137356

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