Hermosillo

Efrén Mayorga

Hesíodo y la juventud

+«Los jóvenes de hoy aman el lujo, están mal educados, desdeñan la autoridad, no tienen ningún respeto por sus mayores y charlan en vez de trabajar. Ya no se ponen en pie cuando un adulto entra en la habitación en donde se encuentran.» Hesíodo, dicen lo dijo siete siglos antes de Cristo.

Hesíodo Poeta griego que ocupa un lugar de excepción en la literatura griega, tanto por sus preceptos morales como por su estilo coloquial.

En un estilo sencillo y moralizante, Hesíodo subraya la importancia del trabajo y la rectitud (LEA LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS, que armonía de pensamientos escritos). Ofrece consejos prácticos sobre cómo vivir, al tiempo que proporciona recetas y normas agrícolas, e incluye un calendario religioso con los días favorables y desfavorables para ciertas tareas del campo. El tema principal de la obra es la decadencia moral. Hesíodo relata la historia del mundo en cinco etapas, desde la edad de oro hasta la edad del hierro, que él considera dominada por el mal.

También se atribuye a Hesíodo la autoría de la Teogonía, o nacimiento de los dioses, un poema en el que el amplio y amorfo corpus de los mitos griegos queda sistematizado y ampliado hasta incluir nuevas divinidades desconocidas en los poemas homéricos. La Teogonía narra la creación del mundo a partir del caos, el nacimiento de los dioses y sus hazañas.

Al final de estas líneas puede usted leer un fragmento de esta magnífica obra: Teogonía.

A continuación algunos relatos sobre sus trabajos literarios:

“Que le pidan a un viejo, bien entrado en la tercera edad, (la última), que escriba sobre la juventud de hoy puede ser entendido como una trampa mortal. ¿Con qué derecho?… ¿qué legitimidad puede asistir esa iniciativa? Si la gerontocracia ha muerto , ¿no se han enterado de que aquello de que “el diablo sabe más por viejo que por diablo” es una verdad perimida? (Nota del Editor de este espacio: se ve que el autor de esta líneas se emociono en las comparaciones, si se supone que el «diablo» aún no existía siete siglos AC)

“No veo esperanza para el futuro de nuestro pueblo, en tanto dependa de la frívola juventud de hoy, pues ciertamente todos los jóvenes son increíblemente irresponsables…, son demasiado impulsivos y los límites los impacientan”.
Hesíodo, Siglo VIII aC.

«Los jóvenes de hoy aman el lujo, están mal educados, desdeñan la autoridad, no tienen ningún respeto por sus mayores y charlan en vez de trabajar. Ya no se ponen en pie cuando un adulto entra en la habitación en donde se encuentran.

Contradicen a sus padres, en la mesa se apresuran a engullir los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros».
Sócrates, Siglo V aC

Yo podría ocultar mi aversión por ciertas músicas y modas, y otros productos culturales que tienen hegemonía en la actualidad y postular con L. Cornu -como he hecho muchas veces- que cada generación debe parir su propia originalidad.

Hubo una vez por los 90’, al retorno del exilio, cuando aún no se me habían deteriorado mis ideales sesentistas, que en una reunión, una lúcida joven me espetó: “A mi no se me cayeron los ideales ni se me fracturaron las memorias” Su falta de respeto me marcó honda y favorablemente, mostrándome cómo la trampa etnocéntrica nos captura a todos y me ayudó a comprender que el relevo valórico entre generaciones es un hecho ineludible y necesario, y fuente de progreso… (así lo ansío) o quizás del retroceso.

Y estos acontecimientos fueron previos a la revolución sexual y la revolución informática que se instala rápidamente en nuestra cultura ciudadana entre los 90 y el 2000. Pues sí, los tiempos corren, y mi artrosis, la de los huesos y quizá la de las neuronas me hacen desplazar lentamente y evocar con nostalgia las épocas en que los jóvenes se jactaban con grandes relatos en ser novelistas de si mismos, un si-mismo donde convergía el proyecto personal y el colectivo.
Podría jugar al viejito bueno y mirar a la juventud admirativamente, lo cual es en parte cierto porque ellos están por jugar el partido que yo ya jugué y el buen hincha es aquel que quiere que su cuadro gane, aún refutando todo principio de realidad…

Pero si acepto el desafío es justamente por lo contrario. No por las verdades que yo pueda conjeturar acerca de los jóvenes de hoy, sino por los conflictos que me crean sus conductas. Para restablecer la plena vigencia del conflicto intergeneracional (un motor de la historia) y no caer en la trampa de un juvenilismo edulcorado. Un buen partido requiere dos contrincantes en competencia, si uno de ellos gana en todo, el partido es aburrido y el resultado empobrecedor. Porque, como decía José Pedro Barrán, muchas veces un documento habla más del interpretante que del tema u objeto que quiere estudiar, habla más de la mirada que de lo mirado, en el modo de formular las preguntas y los planteos.

Es a esto que quiero arriesgarme y estaría más atento a las réplicas y objeciones que a mis propias afirmaciones, porque pienso que es más fecunda una controversia, potencialmente más enriquecedora que un cómodo repliegue en el laissez faire, lo que en mi limitada observación, es la posición prevalente en los padres y docentes de hoy, que no ejercemos límites ni autoridad, temerosos que nos tilden de autoritarios. strong>Texto de Marcelo Viñar
Médico-Psicoanalista. [email protected]
http://intercambios.cse.edu.uy/notas-sobre-la-juventud-de-hoy/

HESIODO. ¿Quien fue Hesíodo?

Fue un poeta de la Antigua Grecia. Su datación en torno al año 700 a.C. es discutida.

Nació en Ascra, cerca de Tebas hacia la segunda mitad del siglo VIII a. C. o la primera del siglo VII a. C. Fue campesino e hijo de un comerciante. La tradición lo sitúa como contemporáneo de Homero e incluso rival suyo en certámenes poéticos.

Suele considerarse el más antiguo de los poetas helenos después de Homero y, durante buena parte del siglo XIX, la crítica llegó a dudar de su auténtica existencia, aunque ésta parece fuera de toda duda en la actualidad. La familia de Hesíodo estableció su residencia en Beocia, procedente de Cime de Eolia, lugar de origen de su padre. Poco se sabe de su vida; parece que fue fundamental en ella la enemistad con su hermano Perses a causa de la herencia paterna, y este tema abordó en su obra Trabajos y días. Muerto su padre, Hesíodo se estableció en Naupacto, donde pasó su juventud al cuidado de un rebaño de ovejas y llevando la vida plácida y sencilla de los campesinos griegos. Los actuales especialistas sitúan como contemporáneo de Homero a Hesíodo, mas su poesía, muy alejada del estilo épico y grandioso de la de aquél, está destinada a instruir más que a exaltar. Se sabe también que en Calcis (Eubea) participó en un concurso de aedos y obtuvo la victoria. Murió al parecer en Ascra y sus cenizas se conservaron en Orcómeno, donde se le rindieron honores como a un fundador de la ciudad.

Muchas de las obras que durante la Antigüedad se le atribuían, como los poemas sobre arte adivinatorio La ornitomancia, Los versos mánticos y Las explicaciones de los prodigios, no son realmente suyas. Lo que parece probado con seguridad es que fue el autor de los Trabajos y días, de la Teogonía, que explica el origen del universo y la genealogía de los dioses, y de los cincuenta y cuatro primeros versos del El escudo de Heracles. Junto con las de Homero, las obras de Hesíodo se convertirían en parte del corpus fundacional de la cultura griega, gracias a su labor de sistematización del conjunto de mitos heredados y al inicio de su interpretación en un sentido moral y práctico. La cultura griega se caracterizaría en todo momento por la compleja relación que mantendría con el conjunto de concepciones mitológicas y religiosas de sus propias tradiciones, tanto para rechazarlas como para reverenciarlas, aunque siempre extraería de allí sus más fecundas intuiciones

¿Porque Hesíodo?

Primero que nada me llama la atención su tema principal, que es LA BELLEZA, y la manera en que la manejo. Como que no tenía nada que ver con el bien ni la utilidad, la belleza no tiene un fin, más que ella misma, es algo inmediato, como observar una flor, no hay que hacer nada, ni esperar nada para poder contemplar su belleza.

También la controversia que hay sobre él, desde su época, su pasado y su historia, lo que se sabe de Hesíodo, se sabe porque él lo menciono en sus historias y punto, se habla de una contemporaneidad con Homero, y aun así, su escritura es diferente a la del mismo.

Al leer sobre la belleza como la veía Hesíodo, y como la plasmaba, me es inevitable buscar en la actualidad cosas similares, lo que me recuerda la última película que tuve el gusto de ir a ver al cine. “Copia Fiel”[1]. Que habla del arte, y las imitaciones y clones del mismo, pero no de una manera despectiva, sino, más bien, resaltando la belleza de los 2 últimos, porque a final de cuentas ¿Dónde está la belleza original sino en el mundo mismo? El arte, como la Mona Lisa, por ejemplo, no es más que una copia de la belleza externa, como la belleza de la Gioconda, como la belleza de una mujer desnuda recostada en telas en algún cuadro.

Hoy en día la belleza es algo altamente costeado e inalcanzable, pero… ¿Realmente es belleza?

Hesiodo resalta la belleza como mera apariencia, como algo superficial, y así se vio hasta la “aparición” de poetas liricos como Safo o Píndaro, quienes hablan de la belleza como algo moral, belleza en el alma y algo que se vuelve personal y privado.

En la película, este “encuentro” entre belleza meramente física, y algo más sentimental se da entre los 2 personajes principales con los que se desarrolla toda la historia, mientras la mujer (de la que no se sabe nunca su nombre) busca en todo, aquel sentimiento oculto, romántico y pasional en cada obra, James Miller (El escritor del libro “Copia Fiel”) no ve más que la belleza externa, sin embargo no busca ver nada mas, pues es su percepción del arte y básicamente, su método de vida. “las cosas son así, porque así son y punto”. Mientras veía la película no pude evitar imaginar una especie de caricatura en mi cabeza viendo a Hesiodo y a otro poeta contemporáneo a él, peleando como los personajes. Aunque sus “batallas” tal vez nunca se presentaron realmente, imagino que la controversia entre ambos temas, ahora es algo similar. A pesar de que lo que imagine fue algo ridículamente gracioso, me hizo meditar, volver a mi computadora y escribir al respecto en el ensayo.

La belleza, la vea quien la vea, la vea como la vea, es subjetiva. Al igual que el arte, pues para la concepción de algunos algo, o alguien puede ser sumamente hermoso, como persona o físicamente, mientras que para la de otros, podría no serlo. “En gustos no hay discusión”. Texto firmado por Paulina Medal Mille, 5º semestre, Estética. Septiembre de 2011. 1] Copia certificada, Copie conforme; Abbas Kiarostami
Francia, Italia, 2O1O
PUBLICADO POR CHEMA CABRERA EN 13:46
ETIQUETAS: ESTÉTICA, GRECIA, HESÍODO, MARIANA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, PAULINA MEDAL MILLE, POESÍA MITOLÓGICA
http://filosofiacedartiana.blogspot.mx/2011/10/normal-0-21-false-false-false.html

Teogonía (fragmento)

» En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a se vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio.
Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemóside, a Febe de áurea corono y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre. Dio a luz además a los Cíclopes de soberbio espíritu, a Brontes, a Estéropes y al violento Arges, que regalaron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo. Éstos en lo demás eran semejantes a los dioses, pero en medio de su frente había un solo ojo. Cíclopes era su nombre por eponimia, ya que efectívamente, un solo ojo completamente redondo se hallaba en su frente. El vigor, la fuerza y los recursos presidían sus actos. También de Gea y Urano nacieron otros tres hijos enormes y violentos cuyo nombre no debe pronunciarse: Coto, Briareo y Giges, monstruosos engendros. Cien brazos informes salían agitadamente de sus hombros y a cada uno le nacían cincuenta cabezas de los hombros, sobre robustos miembros. Una fuerza terriblemente poderosa se albergaba en su enorme cuerpo. » http://www.epdlp.com/texto.php?id2=2616

LOS TRABAJOS Y LOS DIAS 1, fracmento
I. EL MUNDO DE LA FÁBULA
1. INVOCACIÓN. LAS DOS LUCHAS
¡Oh Musas de Pieria (1), que obráis con los cantos la gloria,
venid y contadnos de Zeus (2), dando himnos al Padre! (3).
Son por él los mortales oscuros, por él son ilustres,
nombrados o anónimos, gracias a Zeus prepotente (4).
Fácilmente da fuerzas y fácil al fuerte derrumba,
fácilmente confunde al soberbio y exalta al humilde,
fácilmente endereza al injusto y extingue al ufano,
Zeus, que truena en los cielos y altísimos lares habita (5).
Oye, mira y escucha: Justicia encamine tus normas,
¡oh Tú! Mientras, yo contaré unas verdades a Perses (6).
Bien se ve que no hay solo una clase de lucha: en el mundo
son dos: una, aplausos tendrá del varón que la advierta,
censuras la otra; respiran aliento contrario.
La una acrecienta la guerra y discordia dañina,
¡cruel!, no hay mortal que la quiera, sino que, forzados
por ley de los dioses, dan honra a Discordia insufrible (7).
A la otra, engendróla, primero, la Noche sombría,
y el Cronida, señor de la altura que mora en el cielo,
la asentó en las raíces del mundo, útilísima al hombre.
Ella incluso despierta al trabajo al de brazo remiso;
anhela trabajo quien mira al varón opulento
que se afana en labrar y plantar, y poner bien su casa.
Y envidia el vecino al vecino que busca, afanoso, caudal: esta lucha sí es buena a los hombres. Y envidia
el ollero al ollero, y lo mismo el artista al artista,
como pugnan mendigo y mendigo, cantor y cantante (8).
¡Oh Perses, tú fija en la mente estas cosas! La lucha
gozadora del mal no te vaya a apartar del trabajo y ponerte a atisbar los litigios, de escucha en la plaza (9).
Apenas le queda ocasión de litigios y arengas
al hombre que en casa no tiene cosecha abundante del tiempo, de frutos que brinda la tierra, del trigo
de Deméter (10): saciado de él, los litigios y pleitos
pondrás a los bienes de otros: mas ya en el futuro
no podrás repetir tal conducta; saldemos el pleito
con íntegros juicios, que son los mejores, pues manan
de Zeus. Ya partimos la hacienda, y tú te llevaste rapiña abundante además; bien mimaste a los reyes (11)
venales, que préstanse a hacer semejante injusticia.
¡Majaderos! No saben cuan grande es Mitad, más que el Todo,
ni cuan rico tesoro nos brindan asfódelo y malva (12).

1. Traducción de Antonio Gonzalez Laso (1964

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