Con esta que les pongo a continuación acabo ya con este enojoso asunto de las cartas al presidente de Iberia.
Espero que comprendan que lo que está pasando en Iberia me preocupa bastante, y no tanto por mi, que alargando un poco el planeo creo que podría llegar sano y salvo a alguna pista de aterrizaje apropiada, sino por los extraordinarios pilotos que vuelan conmigo y les quedan por delante muchos años de bregar. O los auxiliares de vuelo, también magníficos profesionales. Por no hablar de los cientos de amigos que tengo entre la gente de tierra: administrativos, despachadores de vuelo, mecánicos, conductores, empleados de carga o facturación, coordinadores, servicio médico… no tengo palabras para explicar la calidad humana y el nivel de profesionalidad y compromiso que he visto en todos ellos y me parecería profundamente injusto que una empresa que es claramente viable se vaya al carajo en apenas dos años por errores de gestión y decisiones desastrosas que nada tienen que ver con sus empleados y sí con oscuros intereses ajenos a Iberia, y también a España.
Curiosamente, si hubiera despidos masivos serían pagados con el dinero ahorrado con los sacrificios, congelaciones y bajadas -repito, bajadas de sueldo- que esos mismos empleados han aceptado sin rechistar durante muchos años para tapar agujeros y enmendar desaguisados provocados por otros -que aunque con contratos millonarios y blindados no dejan de ser unos eventuales que están de paso- y para que la empresa en la que llevan toda su vida salga adelante.
En fin, que no les aburro más. Feliz año a casi todos.
Carta de un pasajero en el muro oficial de IB:
Estimado Sr. Antonio Vázquez, Presidente de Iberia Airlines,
Le agradezco mucho su mensaje dirigido a mi correo particular, en el que trata de justificar las drásticas medidas que Iberia pretende adoptar para garantizar la viabilidad de la empresa.
Soy profesor de francés, no tengo conocimientos de economía y con lo poco que consigo ahorrar a finales de año me gusta viajar al extranjero, motivo por el cual he acudido muchas veces a los servicios que ofrece su aerolínea. Sin embargo, sus esfuerzos por justificar el despido masivo de trabajadores y bajadas salariales brutales no hacen más que poner al descubierto la mala gestión de su compañía en los últimos años. ¿Acaso ni usted, ni ninguno de sus directivos pudo prever lo que se les venía encima?
No hace falta ser un experto y, no lo soy, para saber a qué punto el mercado de las aerolíneas está cambiando desde hace una década. Recortar brutalmente salarios y empleados es una medida que cualquier graduado de la ESO de este país podría imaginar, sobre todo ahora que una legislación permisiva facilita esos despidos por poco dinero. No creo que se le pague por adoptar medidas obvias, tardías y muy poco imaginativas, máxime cuando imagino que disfruta usted de una remuneración envidiable para cualquier graduado de la ESO y doctores de este país.
Preferiría que me explicara en qué medida está usted dispuesto a apretarse el cinturón personalmente, a bajarse su sueldo, en renunciar a sus privilegios económicos o que me dijera por cuánto dinero está usted dispuesto a que le despidan. Y sobre todo quisiera saber cómo responderá usted y todos aquéllos que han ocupado cargos de dirección en la compañía por la nefasta gestión de Iberia.
Quedo a la espera de su respuesta para aclararme estas cuestiones que son de mi interés y seguramente del interés de muchos usuarios de Iberia. Confío en que tenga a bien responderme a través de esta entrada, pues creo que es una cuestión de interés general para todos.
Esperando poder seguir confiando en Iberia, me despido muy atentamente,
