Hay famosas que deberían aplicarse el dicho de «calladita estás más guapa». Megan Fox podría ser una de ellas. La actriz cada día sorprende más a sus fans con sus formas. Al parecer, la resplandeciente apariencia física de la estadounidense no se corresponde del todo con sus deslices, exabruptos e incluso mala educación.
Ya sea al viajar por el mundo para promocionar sus películas, cuando hace comentarios a los periodistas al pasar por la alfombra roja, o al conceder entrevistas para determinadas revistas, la actriz estadounidense Megan Fox ha demostrado ser capaz de dejar atónito a cualquiera que la escuche, y no ya precisamente por su belleza. Su sinceridad hace que a veces algunos deseen que la bella estrella esté mejor con la boca cerrada.
Megan Fox, que tan a gusto se queda cuando opina acerca de drogas, alcohol o incluso sexo, también lo hace cuando habla de muchas otras cosas sobre las que le preguntan. El diario Daily Mail se ha encargado de retroceder en el tiempo dos años, para recopilar todas las barbaridades que han caracterizado a la actriz durante ese tiempo.
Un ejemplo claro de ello fue cuando Megan tuvo que hacer referencia al tatuaje que se hizo con el nombre de su supuesto ex novio, Brian Austin Green, cuando eran pareja. La actriz comentaba por aquel entonces:
«No lamentaría el tatuaje si no estuviéramos juntos. Siempre podría tener un hijo que se llamase Brian. Hay opciones».
En una entrevista que ha concedido recientemente la actriz a la revista estadounidense Entertainment Weekly, se le preguntó sobre su salud mental, a lo que respondió: «Pienso que soy tan psicótica y que estoy tan mentalmente enferma que si pudiese explotar eso, podría hacer algo verdaderamente interesante».
Entre sus controvertidos comentarios se encuentran las declaraciones que hizo acerca del cannabis. Fox confesó a la revista GQ : «Espero que lo legalicen y cuando lo hagan seré la primera persona que esté en la fila para comprar mi pack de porros». «La gente se piensa que es algo de locos, de hippies, y algo que no deberían permitir. Pero no lo es. Espero que lo legalicen», añade la actriz.
Hace un año, Megan hablaba con la revista FHM de sexo: «Me divierte mucho tener sexo, y esto es algo ofensivo para muchas personas». «Las mujeres son las primeras que echan escoria sobre otras mujeres, qué triste. No he conocido a muchos hombres que digan:’¿Te gusta el sexo? ¡Qué fulana eres!’. Eso es porque desean que sus mujeres y novias tengan más sexo con ellos», analiza tranquilamente la actriz.
Megan no muestra tampoco problema alguna en dar su opinión sobre ella misma: «Bueno, claramente fea no soy». Además, confesó a la revista ‘Elle’ en la pasada edición de junio: «confío mucho en mí misma sexualmente, y creo que esa confianza rebosa por los poros de mi piel. Simplemente está ahí. No necesito excitar».
La guapa estadounidense considera que su belleza puede recordar a un estereotipo de mujer bella y sin duda poco inteligente, pero le da igual lo que piense la gente. La actriz confiesa a la revista ‘Esquire’: «No quiero tener que ser como Scarlett Johansson, con la que no tengo nada en contra, pero no quiero tener que ir a hablar en shows y demostrar cada palabra culta que haya aprendido nunca, como diciendo ‘tomarme en serio, soy inteligente, puedo hablar'».
Y pasando de Johansson, Fox da un salto hasta la famosa cantante Britney, por la que admite haberse compadecido tras verla pasar por su debacle personal: «Solía sentarme y pensar, ‘Por favor, Britney Spears tiene la mejor vida ¡tiene todo lo que podría querer!’. Pero (realmente) tiene una de las peores vidas. Su vida es una maldita pesadilla. Me dan ataques de pánico al pensarlo».
En otra entrevista concedida a Entertainment Weekly, Megan criticó su papel en Transformers a pesar de que se suponía que estaba promocionando el nuevo film: «Soy terrible en él. Es mi primera película real y no es romántico ni es realista…». «A menos que seas una experimentada veterana, trabajar con Michael Bay no es una cuestión de experiencia interpretativa», añade la actriz sin cortarse un pelo.
En cuanto a lo que una posible tercera parte de Transformers respecta, Fox comenta: «No puedo despreciar esta película porque al fin y al cabo me ha dado una carrera y me ha abierto todas las puertas. Pero no me quiero reírme de la gente. La gente debe estar más que enterada de que no es una película en la que haya grandes actuaciones».
Y yendo más allá de la pura crítica de la industria que le da de comer, Megan confiesa a GQ: «Cuando lo piensas, nosotros los actores somos una especie de prostitutas. Nos pagan por fingir atracción y amor». A lo que añade: «Otra gente paga por vernos besando a alguien, tocando a alguien, haciendo cosas que la gente, en una situación de monogamia normal no haría con una persona que no es su pareja». «Es algo realmente asqueroso».
Hace ya dos años Megan Fox ofreció cierta información acerca de sus más que cuestionables hábitos de higiene. La actriz confesó a FHM: «Soy horrible para vivir conmigo. No limpio. Mi ropa dejar de serlo en el momento en el que me la quito. Se me olvida tirar de la cadena. Mis amigos me dicen ‘Megan, acabas de hacer … en mi baño y no has tirado de la cadena'».
Cómo olvidar no ya tirar de la cadena, sino las brillantes declaraciones de la estrella a una reportera de E!News, en los Globos de Oro del pasado mes de Enero. La brutalmente sincera Megan, que se encontraba cruzando la alfombra roja con actrices como Kate Winslet, Jennifer López, Cameron Díaz o Angelina Jolie, comentó lo insegura que se sentía rodeada de tan grandes personalidades.
«Me siento tan tristemente insegura. Estoy a punto de vomitar en este momento. Estoy tan horrorizada de estar aquí, y avergonzada. Me da miedo», confesaba la actriz, que acompañó todas y cada una de las declaraciones anteriores de palabras malsonantes, aquí omitidas. Lo que ha dejado claro en dos años de fama es que la belleza no lo es todo.
