El País de Nunca Jamás llora a su estrella

El País de Nunca Jamás llora a su estrella

(PD).- Pocos artistas habrán influido como Michael Jackson en la industrial musical norteamericana. Desde sus inicios con The Jackson Five hasta sus últimos trabajos, ha sabido reinventarse sin perder su personalidad. Pero en paralelo a su éxito, su vida personal ha estado plagada de excentricidades y escándalos. Con sólo 50 años, ha caído un mito del pop.

Y es que Michael Jackson es el mejor exponente de lo que significa el mercado musical en Estados Unidos. Tras del éxito con The Jackson Five, Michael ascendería a la categoría de ídolo con la publicación en 1982 de Thriller, disco más vendido de la historia con más de cien millones de copias.

Desde entonces comenzaron los escándalos. A raíz de un accidente durante la grabación de un anuncio, Jackson empieza a obsesionarse con las operaciones de cirugía estética hasta el punto de cambiar completamente de aspecto. La nariz, el color de su piel, su mentón, la mandíbula… En apenas unos años, el cantante hace innumerables visitas al quirófano.

Víctima de una terrible infancia, Jackson se va a vivir a Neverland en 1987, donde construye un parque de atracciones basado en mundos de fábula y personajes de cuentos. Con cerca de once kilómetros cuadrados, este rancho costó unos 28 millones e incluía una sala de baile, un circuito de coches, un parque acuático y un cine.

Según palabras del propio Jackson, le puso el nombre de Neverland porque «es la tierra que nunca pude tener y a la que muchos chicos pobres y sin posibilidades ansiarían poseer. Estas treinta manzanas son para ellos, para darles el mundo que yo nunca pude tener. El mundo de la imaginación, el del entretenimiento sin tener conciencia del tiempo…».

Poco después, en 1993, sería acusado de abuso sexual a un niño de trece años. Sólo un arreglo con la familia del menor evitó que Jackson acabase en prisión, pero el acuerdo para retirar la demanda costó veinte millones de dólares.

Este escándalo se repetiría una década después cuando el propio artista reconocería en un documental de producción británica haber dormido con niños en su rancho de Neverland. En esta cinta, se podía ver al cantante abrazando a varios menores. Las demandas se multiplicaron y, aunque se le acabó declarando inocente de diez cargos por abuso sexual, la reputación de Jackson acabaría hundida.

A raíz de sus excentricidades, los gastos por los juicios en los que se ve involucrado y su falta de creatividad, el cantante cae en la más absoluta bancarrota. En 2006, Jackson debía 23 millones y medio de dólares a Fortress Investments, que se hizo con la propiedad de Neverland y acaba así con el sueño de ‘Nunca Jamás’.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído