Christian Rubio (PD).- Época ha levantado una buena polvareda. Y a la hora de hablar de la Casa Real, Jaime Peñafiel no se anda por las ramas. Doña Letizia siempre ha parecido situarse en el centro de sus críticas. “Es una persona agresiva, mandona, y no es natural, se esfuerza en ser como es”, pero gracias a ella el Príncipe Felipe ha pasado de ser “distante, malcriado y algo déspota” a un hombre “enamorado y diferente”. Respecto a la noticia publicada por Época, Peñafiel lo considera algo “grave y vejatorio” contra la dignidad de Jaime de Marichalar.
¿La apertura del tema de la Familia Real en los medios de comunicación puede significar el fin de la Monarquía en España?
No tiene nada que ver. Estamos en un país democrático con libertad de prensa. La prensa debe ser crítica, no está para aplaudir las actividades oficiales de la Familia Real, está para un seguimiento de la vida de sus miembros.
¿Pero realmente se puede hablar libremente?
Sí se puede, yo soy un ejemplo. Lo que no se puede es insultar. Sin descalificar se puede decir todo. Lo que ocurre es que la prensa española es muy cortesana con la Familia Real
¿Entonces existen los periodistas cortesanos todavía? ¿Quiere señalar a algunos?
Sí, muchos. Cada vez más, y ahora con la consorte sigue en aumento. No digo nombres, pero no hay más que leer las crónicas de las periodistas sobre todo, que a veces sonrojan. Se ha demostrado últimamente con la cirugía estética a la que se ha sometido Letizia. La prensa es cortesana desde el punto de vista que dice aquello que sabe que va a gustar. Y hay que ser leal, decir aquello que se debe saber, guste o no. Yo soy un hombre leal, no soy cortesano ni lo he sido nunca.
¿Por qué tanta polémica porque una princesa se opere de cirugía? ¿No está operada la Reina, el Rey o alguna de las Infantas?
La polémica la ha originado la Casa Real al intentar ocultarlo. Se trataba simplemente de una rinoplastia, pero la Casa Real empleó un eufemismo para hacerlo público, parecía que no consideraba positivo una cirugía estética. Otra cosa es que sea algo frívolo, pero no es nada malo ni nada vergonzoso.
¿Cree usted que la gente del pueblo ve con malos ojos a Letizia?
La gente tiene un altísimo concepto de la Monarquía y sobre todo de la Reina Doña Sofía, y la gente no ha acabado de digerir que una persona como Letizia pueda ser su sucesora inmediata. Quizás la culpa la tienen quienes durante 30 años nos han enseñado a admirar a una mujer que a partir del 1 de Noviembre de 2003 ese ejemplo ya no valía. Y ahora cualquier muchacha puede ser Reina de España. Eso es muy difícil de aceptar. Después, Letizia es agresiva, no es una persona natural sino que se esfuerza y a veces traspasa los límites de lo que puede ser una persona amable. Se exige mucho, que tampoco está mal, pero lo bueno es ser natural. La gente también detecta que manda mucho, pero hay algo positivo. Le ha dado la vuelta a la vida del Príncipe como un calcetín. El Príncipe Felipe era una persona distante, no era simpático, malcriado, algo déspota… y ahora es un hombre enamorado, diferente.
¿No cree usted que corre el riesgo de que la gente termine cansándose de usted por ensañarse tanto con Letizia?
Yo no me ensaño con nadie. Simplemente comento la actualidad. Soy un comentarista y columnista de periódico y no me voy a ensañar. No tengo nada contra una persona como Letizia, ni mucho menos, mi obligación es comentar. Si otros no lo hacen es su problema.
¿Sabe usted informaciones de Letizia que se haya callado?
Claro. Todos los periodistas valemos más por lo que callamos que por lo que contamos. Yo lo que callo lo callaré siempre, y lo que cuento tampoco tiene mayor importancia.
¿Ha recibido usted reprimendas del entorno cercano a los Príncipes?
¿Por qué? No he dicho nada que se me pueda rebatir. Que guste o no guste ya es otro asunto. A todo el mundo no le gustan los elogios, yo no soy una persona para elogiar gratuitamente. Soy un comentarista, una persona independiente, y por tanto mi obligación es comentar aquello que creo que debe ser comentado y responder a lo que me preguntáis. La Casa Real tiene un enorme respeto por la libertad de expresión, Don Juan Carlos lo ha demostrado constantemente. Incluso cuando se secuestró la portada de El Jueves se hizo por voluntad del Fiscal General del Estado, el Rey no lo hubiera hecho nunca. Felipe y Letizia tenían todo el derecho a querellarse y tampoco lo hicieron.
¿Habla usted con Marichalar a menudo? ¿Qué sabe del divorcio?
Creo que se están dando los pasos para oficializar esa separación de la Infanta Elena, y más tarde quizás la nulidad del matrimonio. El proceso es largo y me imagino que no habrá problemas. La Familia Real y los propios protagonistas están actuando con mucho respeto. El tema económico tampoco será un problema, ya que cuando contrajeron matrimonio me imagino que se hizo con separación de bienes. Jaime de Marichalar siempre ha sido duque consorte, luego el título no puede perderlo porque nunca lo ha llegado a tener, ha sido consorte.
Según la revista Época, la Infanta Doña Elena va a alegar consumo ocasional de cocaína por parte de Marichalar antes del matrimonio…
Yo no creo eso, no sé de donde lo han sacado, pero es algo fuera de tono. Ella todavía no ha iniciado los trámites de divorcio y va a hablar ya de eso… es grave y vejatorio contra la dignidad de Marichalar, que es una buena persona.
¿No corren los periodistas del corazón el riesgo de olvidar que la Familia Real son sobre todo una Institución?
Muchas veces los propios miembros de la Familia Real se olvidan de que son una Institución. Yo tengo un enorme respeto por la Institución y no me gusta ver las portadas de la prensa del corazón, porque creo que no es el sitio donde tienen que aparecer.
