La nietísima de Franco se casa por tercera vez y por la Iglesia

La nietísima de Franco se casa por tercera vez y por la Iglesia

Carmen Martínez-Bordíu y José Campos han escogido la revista Hola para anunciar su próximo enlace. Parece que la pareja está más que enamorada y decidida a bendecir su unión ante Dios. Para José éste será su primer matrimonio. A sus cuarenta años, el cántabro ha encontrado la estabilidad junto a Carmen. Y mira que muchos no daban ni un duro al comienzo de una relación donde la diferencia de edad no ha supuesto ningún problema.

La pareja se casará por la iglesia y celebrará una fiesta para 500 invitados en el hotel Palacio del Mar. Christian Lacroix firmará el vestido del tercer matrimonio de la nieta mayor de Franco. Tras la boda vivirán en la casa que ella ha comprado en El Sardinero

Más experimentada en estas lides de la vida en común está la nietísima. Siendo muy joven, Carmencita se casó con el desaparecido duque de Cádiz. Junto a Alfonso alumbró a sus dos hijos. Por desgracia, el mayor de ellos falleció en un aparatoso accidente automovilístico, según nos cuenta Rosa Fuerte de El Semanal Digital.

La anodina existencia que Carmen llevaba como esposa de Alfonso de Borbón dio un vuelco cuando conoció a Jean Marie Rossi, el anticuario francés considerado un auténtico acróbata sexual.

Por amor a Jean Marie, la Martínez-Bordíu abandonó España y dejó con un palmo de narices a su rancia familia. Por supuesto, el marqués de Villaverde le retiró la palabra a su hija mayor y tan sólo se la devolvió tras la muerte del pequeño Francisco.

Jean Marie y Carmencita mitigaron la pena que les supuso la pérdida de sus dos hijos, nacidos de anteriores relaciones, con el nacimiento de Cinthya. Una jovencita encantadora que vive con su padre y mantiene una excelente camaredería con su madre.

La pasión entre el anticuario y la nietísima se vino abajo y Carmencita decidió soltar sus amarres parisinos y unirse al arquitecto Roberto Federicci. Fueron doce años de amor que la hija del marqués de Villaverde se cargó de un plumazo al descubrir que ya no estaba enamorada.

Tras resolver los flecos legales de su unión nunca legalizada, Carmen dio la espantá y anunció que se volvía a Paris alegando que la prensa española no la dejaba en paz. Sólo fue una bravuconada, porque la nietísima regresó a nuestro país y conoció al que en verano se convertirá en su tercer marido.

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