3. Ley y civilización
3. La civilización
(Cont., viene del día 16)
En su comentario a Rom 7,1 observa muy bien Otto Michel: "Pablo se refiere no sólo al conocimiento de la ley mosaica, sino tambíen al pensamiento jurídico de la antigüedad. Y así es sin duda alguna, pues es la ley a que el pasaje apela, que con la muerte de uno de los cónyuges el matrimonio se deshace, es artículo jurídico no sólo de la ley mosaica sino de cualquier legislación.
En cuanto al contenido general en que Rom 13, 8-10 resume toda ley, tanto Graciano como Tomás de Aquino y toda la tradición de los juristas cristianos ha visto que ése es el contenido, no sólo de la ley mosaica sino de la ley a secas. Pero aquí lo que importa es el aspecto formal mismo, la ley en cuando es ley.
Como ha estudiado Lionnet, para aludir al antiguo testamento o a la ley mosaica Pablo antepone el artículo, pero no siempre que dice "la ley" con artículo se refiere al antiguo testamento o a la ley mosaica; "ley"sin artículo significa toda ley, la ley en cuanto que es ley; pero aun en los contextos en que claramente se ve que alude a la le veterotestamentaria, como en Rom 3, 27, "no se trata dice Leonnet, de la ley mosaica en cuanto específicamente mosaica y diversa de toda otra legislación".
Schlier comenta Gál 3,19 de esta manera: "Para Pablo la ley, la Torá y naturalmente -aunque no reflexiona sobre ello- también la ley positiva de los gentiles, es un episodio que con Cristo ha llega a su fin. Esa constatación ya tiene enorme alcance, aunque por Gál 4, 3, 9 y Col 2, 8. 20 me parece que Pablo sí reflexiona sobre el hecho de que la ley es uno de los principales "elementos de este mundo", constitutivos de la civilización humana entera de la que el pecado ha hecho su instrumento. Como lo expresa Gutbrod, para Pablo "la ley es algo que pertenece a la estructura esencial de "este mundo".
Cuando Pablo dice en Rom 4, 15 "donde no hay ley, tampoco trasgresión" evidentemente está pensando en la ley en cuanto que es ley. Independientemene de cómo deba entenderse un tal aserto, no se refiere sólo a la ley mosaica, sino a toda la ley, y semejantes tesis paulinas deben entenderse como una auténtica filosofía del derecho o teología del derecho. Véase: "el aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la ley" (1 Cor 15, 56)).
En una tesis como ésa la palabra ley pretende tanta universalidad como la palabra muerte y pecado. Incluso puede decirse que el cotejo de Rom 13, 3 con 1 Tim 1, 9 implica una teoría jurídico-filosófica parecida a la del gran jurista Kelsen sobre la identidad entre el estado y el derecho; en efecto, el primer pasaje nos dice que "los que mandan no son de temer para la obra buena sino para la obra mala", y el segundo asevera lo mismo, no acerca de los que mandan sino acerca de la ley: "la ley no está puesta para el justo sino para los inícuos e insubordinados.
Igual que este segundo pasaje, Gál 5, 23, después de enumerar los frutos del Espíritu, el amor, la bondad etc., afirma: "contra tales cosas no hay ley" Repito: el cotejo con Rom 13, 3 implica una filosofía jurídica en que el estado y el derecho son concebidos como una sola y misma cosa...
La universalidad de las tesis paulinas sobre la ley
parece estar por encima de toda posible duda cuando vemos que la concibe como "ley de las obras" (Rom 3, 20. 27; Gál 3, 2. 5 y passim) en contraste con la ley del espíritu o ley de la fe; a lo que atiende es al carácter preceptor de obras, que le es inherente a toda ley por el hecho mismo de ser ley, en eso es en lo que se fija, no en si una ley fue promulgada por Moisés o por Dios o Solón.
Y cuando dice "si hubiese sido dada una ley capaz de dar vida, realmente de la ley vendría la justicia" (Gál 3, 21), no sólo le niega a la ley mosaica el poder de realizar la justicia en la tierra, sino que a fortiori le niega esa posibilidad a toda ley. Niega que el invento de la humanidad llamado ley sea capaz, como pretendía y para lo que fue creado, de realizar en el mundo la justicia.
En contraste con la fe ("ley de las obras" tiene tanta universalidad cuantas sean en el mundo las leyes que no se identifican con la fe; es decir, cuatas leyes existan y hayan existido, la ley en cuanto que es ley, en cuanto que es el eje y quintaesencia de lo que ahora llamamos civilización humana y Pablo llama "este mundo" o "este eón". No por nada es ley y norma: porque trata de normar todo el ser y proceder de la sociedad, porque sintetiza en palabras y artículos la manera de ser y de obrar una sociedad (7, 139
---Ver: José P. Miranda, Marx y la Biblia. Crítica a la filosofía de la opresión
Edicines Sígueme 1975
PD.Quiero decir a los lectores que en este libro que seguimos, se habla poco de Marx, sí se le menciona al principio y se le compara a los profetas del antiguo testamento, pero de lo que trata es de la exégesis bíblica y en ella de la justicia social para que todos los ciudadanos del mundo vivan con la misma dignidad. Esa es la voluntad del Dios Bíblico y el evangelio de Cristo.
Lunes, 18 de febrero