3. Ley y civilización
3. La civilización
(Cont., viene del día 7)
La aporía de la exégesis tradicional de la carta a los romanos se hace detonante en Rom 2, 13-15 y 2, 26-29 donde Pablo parece contradecir sus afirmaciones centrales de que tanto judíos como gentiles están bajo el pecado (3, 9) y de que por las obra de la ley nadie será justo ante Dios (3, 20). En particular contra esta segunda parece militar expresamente Rom 2, 13: No son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que cumplen la ley serán justificados".
Observa Michel muy bien que es imposible interpretar este versículo como si expresara una posibilidad meramente ficticia e irreal, pues Pablo prosigue así: "Pues cuando gentiles que no tienen ley naturalmente cumplen lo prescrito por la ley, éstos sin tener ley son para sí mismos ley, como quienes muestran tener la obra de la ley inscrita en sus, cotestificándolo su conciencia y sus juicios contrapuestos que acusan o defienden" (Rom 2, 14-15).
Comenta Michel: "Pablo cuenta con que hay gentiles que efectivamente obedecen a la exigencia de Dios. Y Lionnet: "A ningún lector que aborde este pasaje sin ideas preconcebidas le vendrá la idea de que al judío que "peca bajo la ley (cf. v.12) quiera Pablo oponerle cristianos ya convertidos que él presentaría, so pretexto de que vienen del paganismo como "gentiles que no tienen ley".
Lionnet continúa ahí: "la historia de la exégesis de este pasaje muestra que sólo motivos extraños a la exégesis propiamente dicha, razones de orden apologético o dogmático, o también la autoridad de san Agustín, condujeron a sostener una tal interpretación.
Tanto el pensar que se trate de cristianos provenientes del paganismo como el pensar de Pablo está contemplando una posibilidad puramente ficticia, pertenecen a la serie interminable de desperata tentamina que se han hecho para escamotear el sentido obvio e insoslayable de estos versículos.
Cuando, unos cuantos versículos más adelante, Pablo vuelve a referirse a gentiles y nos dice que la incircunscisión observadora de la ley juzgará a los circuncisos transgresores de la ley (v. 26-27)porque "el verdadero judío lo es en el interior, y la verdadera circuncisión, la del corazón, en espíritu, no en letra; cuya alabanza viene no de los hombres sino de Dios" (Rom 2, 28-29), se vuelve imposible tomar en sentido superficial el versículo 13 con los siguientes como si prescindieran del cumplimiento fáctico y total de la voluntad de Dios por parte de los "gentiles".
La terminología de los versículos 26-27 es la que Pablo emplea en 2 Cor 3, 6-7 para designar la transfomación interior del corazón que es propia de la nueva alianza, como opuesta a la mera observancia de la letra. Se trata de auténtica justicia; de la misma que Pablo promueve por medio del evangelio. Y afirma que hay gentiles que la tienen.
Michel ni siquiera percibe la aparente contradicción flagrante entre Rom 2, 13-15. 26-29 por un lado y Rom 1, 18-32; 3, 9. 19.20.27.30 por otro. Lionnet se dedica a salvar el dogma de Orange y de Trento observando que Pablo en Rom 2, 13-15. 26-29 no niega que en esos gentiles auténticamente justos esté operando la gracia de Dios que cristo nos obtuvo.
Para salvar el dogma, esa observación está bien, pero el problema exegético sigue intacto, y a este respecto muestran mayor perspicacia los "esfuerzos desesperados de Kuss y de toda la historia de la intepretación, que la tranquilidad de Lionnet y de Michel; mayor perspicacia y mayor sensibilidad, pues aunque el dogma quede a salvo, en el nivel exegético parecen incompaginables Rom 2, 13-15. 26-29 con el énfasis que Pablo ha pueto en su descripción de mundo gentil en Rom 1, 18-32 y con el mensaje entero de su carta: que la fe es el único medio para la salvación del mundo.
A qué viene tamaño ahinco si existen gentiles muy justos con transformación interiorndel corazón y todo lo que Pablo anda queriendo promover? Si Rom 2, 13-15. 26-29 se mueve en el mismo nivel y trata el mismo problema que toda la carta, la contradicción me parece insoluble: 2, 13 afirma en términos expresos lo que 3, 20 niega,
Kus llega a admitir que hay contradicción, lo cual no le impide, a propósito del contraste espíritu-letra de Rom 2, 29, "hacer el esfuerzo de reducir aquí el concepto espíritu", ni de adoptar poara Rom 2, 27 la hipótesis insostenible de que se trata de casos meramente hipotéticos y ficticios en una argumentación antijudía.
Pero el rigor científico moderno nos veda tales escapatorias, por tradicionales que sean; y por otra parte tampoco puede admitirse que de un capítulo a otro contradiga precisamente la tesis central de su carta, pues no se trata de pensamientos secundarios más o menos al margen de lo principal. Si Rom 2, 13-15. 26-29 trata el mismo problema que toda la carta, la contradicción parece insoluble.
Ver: José P.Miranda, Marx y la Biblia. Crítica a la filosofía de la opresión
Ed Sígueme 1975.
PD. Quiero decir a los lectores que en este libro que seguimos, se habla poco de Marx, se le menciona al principio y se le compara a los profetas del antiguo testamento, pero lo que trata es de la exégesis bíblica y en ella resalta la justicia social para que todos los ciudadanos del mundo vivan con la misma dignidad. Esa es la voluntad del Dios Bíblico y el evangelio de Cristo.
Jueves, 21 de febrero