Con esa canícula, lo que menos apetece es permanecer horas delante de los fogones. Una solución rápida para solucionar un almuerzo rápido y delicioso, es esa pizzeta de calabacín y ricota que se hace en 15’ y se cuece en media hora. Las proporciones previstas están para seis personas.
Precalentar su horno a 200º. Descongelar la masa brisé, disponerla en un gran molde para tarta previamente pintado de aceite de oliva.
Lavar 500 gr. de calabacines, rallarlos groseramente, dorarlas a fuego muy moderado en dos cucharadas de aceite de oliva unos 15’. Al final de la cocción, añadir un poco de ajo rallado y hierbas aromáticas de su elección.
En un cuenco grande, batir 3 huevos enteros, añadir 3 cucharadas de queso rallado tipo Emmental, 150 gr. de queso feta, salpimentar a gusto y verter sobre la masa brisé. Hornear unos 30’ hasta obtención de un bonito dorado. Acompañada de una gran ensalada variada, será una delicia para nuestros amigos vegetarianos.