Left Power o el mundo al revés

«Todo cautivo lleva en su mano izquierda el poder de aniquilar su servidumbre» (William Shakespeare)

Obama o McCain? En todos casos, como Bush y Clinton, el próximo presidente de país de Mickey será zurdo y para su compra especializada, siempre podrá contactar en Springfield con Mister Flanders, detestado vecino de Homer Jay Simpson y dueño del Leftorium (Zurdorium). Después de sus crispantes «Hola, Holita» guiará al nuevo mandatario con sus cuatro deditos zurdos (sólo Dios tiene cinco en el amarillo planeto simpsoniano). Si no hay suerte ni surtido, le dará los datos de la amable Antoña Gómez, regenta valenciana de L’Altra Má (Calle Carniceros, 15 – 963 919 897), donde encontrará todo tipo de objetos que facilitarán su vida y milagros. En Madrid, la cita está en Manozurda (Calle San Andrés, 30 (Malasaña), teléfono: 91 593 36 05, [email protected]), donde se realizó nuestro reportaje.

Antaño las madres ataban la mano “siniestra” (vaya epíteto con carga negativa) de sus niños «marginales» para obligarles a reintegrar el “buen camino” de los mayoritarios diestros.

En el cole, hace pocos años, la subversión se arreglaba golpeando la mano “zoca” del alumno afectado de “zurdez” y así castigar al molesto gen anormal. Vaya, esperamos que Einstein y Bill Gates, geniales zurdos universales escaparon de tamaña terapia castradora. Así como el astuto Jimmy Hendrix, gran devorador de guitarras, que aprendió, que más remedio, el arte de tocarlas con una destinada a los diestros, pero tomando la precaución de montar las cuerdas al revés, puesto que correspondía a su lateralidad cruzada. Gracias a esa feliz iniciativa, existen los instrumentos musicales (leftie-friendly) para zurdos.

La expeditiva y burda Inquisición, incapaz de explicar a los feligreses normales ese renglón “torcido” de Dios, les consideró defectuosos, aparte de misteriosos y por ende, demoníacos. Reeducarles fue su meta y quemarlos la solución. Y mirad que a esos imprudentes, ya el sabio de San Mateo les avisó en su tiempo: los benditos de Dios viven a la derecha, los refractarios a la izquierda con Satán, su séquito y llameante infierno. Así se definieron orden establecido, rituales cotidianos, prácticas religiosas, supersticiones y dualidad simbólica. Por ejemplo, se saluda siempre con la mano derecha, lo otro considerándose ofensivo, puesto que se violaban las leyes de un universo que el Padre Eterno quiso diestro. Qué cosas más fieras vivimos.

Los sofisticados Griegos tampoco anduvieron a la zaga, a ver el guapo que se permitía entrar en un templo jupiteriano con el pie izquierdo. Era puro sacrilegio y se le desterraba manu militari.

Platón debió echar humo, paciencia y mucha mano (derecha) de su famosa filosofía para volverse ambidextro: también pertenecía a la raza “rara” de los zurdos, tal el Mimo Marceau (este se quedó sin voz).

Incluso el más famoso de ellos, Leonardo de Vinci, padeció esa maldición imbécil y absurda condena social, condensada en 1899 en una frase increíble de Eugenio Müntz, que hunde en la perplejidad: “Empero, una especie de minusvalía se detectó entre sus aptitudes extraordinarias: era zurdo”. Vaya. ¿Que no pensaría de otro genio en el mismo estado, Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Mártir Patricio Ruiz y Picasso, planetariamente conocido a secas, genio obliga, como Picasso?

Empero, de polo a polo y de Cromagnon a nuestros días, existen como pueden entre intolerancias varias nuestros amigos zurdos (entre 8 y 13% del mundo mundial) y bendito sea el cosmos que les parió: así disfrutamos de Michelangelo, Angelina, Bach, Lewis Carroll, Goethe, Nietzsche, Phil Collins, Chaplin, Marilyn, Bruce Willis, Nicole Kidman, Greta Garbo, Paul McCartney, Iggy Pop, Maradonna, Keanu Reeves, Julia Roberts, Judy Garland, Olivia de Haviland, Rock Hudson, Rex Harisson, Georges Burns, Betty Grable, Ernö Rubik (inventor del Rubik’s Cube).

También la rana Gustavo, Rachmaninov y los reyes de las pelotas, McEnroe y Rafael Nadal pertenecen a esa quinta que dicen más artística.

El músico francés Maurice Ravel se preocupó también de los zurdos e inventó el majestuoso y sombrío Concierto para la Mano Izquierda, dedicado a su amigo el pianista Paul Wittgenstein, herido durante la Primera Guerra Mundial y parcialmente manco. Así pudó interpretarlo con la mano que le quedó. Después de tanto ostracismo/racismo, bien se han merecido un Día Internacional a su gloria que se festeja cada 13 de agosto.

¡Bravo a diestro y a siniestro a los artífices de esa imprescindible iniciativa!

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Autor

Marie José Martin Delic Karavelic

Marie José Martin Delic Karevelic, apasionada periodista culinaria autora del blog ‘Fogon’s Corner’ en Periodista Digital.

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