Tal es la temperatura barcelonesa: 24 grados. Es un anticipo del estío. La ciudad está que se sale. La Rambla, repleta. Y yo feliz de que lleguen tiempos de playa y esparcimiento. Con el contrapunto de mis obligaciones doctorales. Que no es un camino de rosas una tesis. Pero entonces hay que acudir al guardiolano verbo: perseverar. Siempre hacia adelante.