Impresionante y desagradable el alto grado de contaminación en el cielo barcelonés. Viniendo de Santo Domingo se me antoja clara la diferencia del aire que ahora respiro. Llega a resultar molesto. Me recuerda aquellos tiempos en que vivía en Mallorca y al llegar a Barcelona me percataba por contraste de la suciedad del aire.
(¿Estarán llegando los coches eléctricos demasiado tarde? Detrás de la contaminación nos van salud y vida. ¿No toca una reacción drástica de poderes públicos y ciudadanía?)