Como el que no quiere la cosa, me he plantado en los 60 años. Es una cifra rotunda. No me veo reconocido en esa edad. Pero mi DNI no miente. Así es.
Sin embargo, tengo la convicción de tener un tercio de vida por delante. De que llegaré a los 90 y con facilidad. E incluso de que igualaré a mi abuelo materno: los 95. Pero lo expreso muy consciente de las variables que no controlo. Y de que como dice la máxima oriental, «nadie es más listo que su destino». Será lo que tenga que ser.
(Suelo fijar mi proyecto de jubilación profesional a los 70 pero en mi fuero interno pienso que será a los 75. Todo dependerá de la evolución de mis capacidades cognitivas. No me siento un chaval…pero casi).