La dispersión de las comunicaciones en una organización es uno de los males al que habrá que poner pronto remedio. Lo que se comunica al público externo y al interno debe estar alineado, a la vez que los materiales digitales que se difunden, conversaciones en la red incluidas. Es ésta una magnífica oportunidad para que el DirCom contemporáneo se erija en el gran organizador global. En caso contrario, la marca incurrirá en constantes contradicciones y su credibilidad mermerá.
(Y el DirCom que la organice, buen organizador será).