Prodigo mis cafés con leche en los establecimientos de la barcelonesa cadena Sandwichez. Son espacios agradables, con aire nórdico y normalmente bien surtidos de prensa. Acudo en especial a los de la calle Calaf y Josep Tarradellas.
Hoy me avisaron en este último establecimiento de que no disponían de taza para mi cortado. Me ofrecieron amablemente vasito de plástico. Sentí curiosidad. Respuesta:
-Ciertos días como hoy se incrementa el número de clientes que se llevan las tazas. Nos quedamos sin.
Me vino a la cabeza la sistemática desaparición de artículos en los hoteles, sector donde trabajé 12 años, en la cadena RIU. De hecho, el escandallo de costes debe contemplar una partida para financiar estas mermas. Ergo el cliente que no se lleva nada, paga un plus de precio por los artículos que se llevarán los amigos de lo ajeno.
(Y ésta es la vida, pura y dura.)