Marcho una semana a la ciudad sueca de Göteborg. Excelente oportunidad para respirar aire puro (ominosa la contaminación barcelonesa y la sequía ibérica) a la vez que distanciarme de la sobrecargada atmósfera política (una polución que también me afecta).
Me examinaré en Göteborg de nivel B-1 de sueco para certificar mis conocimientos medios, con la idea de examinarme en mayo y octubre de B-2 y C-1 respectivamente. Culminaré así un bienio dedicado a la lengua sueca que me ha deparado grandes satisfacciones que han compensado las que he encontrado a faltar en otros ámbitos de mi vida.