Me seduce esta expresión que se estila en el análisis futbolístico: administrar la pausa. Nada de correr a tontas y a locas. Los jugadores deben estar en la posición adecuada. Es entonces -tras el preceptivo tuya-mía- que puede desatarse el vendaval ofensivo.
(Aplicado a la vida cotidiana: hay que saber descansar. Es toda una asignatura. El descanso es increíblemente importante. Hay que saber parar y decirse a uno mismo: esto lo hago y esto no. Los beneficios pueden ser espectaculares).