Esto es lo que hay

Miguel Ángel Violán

En sueco (la erótica del conocimiento)

Son varias las circunstancias que me impulsan al estudio de la lengua sueca:

1.-La inminente domiciliación de mi hija en Estocolmo.
2.-Un fuerte interés por las maneras escandinavas de hacer y en concreto la mítica aureola que envuelve la marca Suecia entre los catalanes y su universo femenino en particular.
3.-La necesidad inveterada de exprimir el cerebro, combatir proactivamente el Alzheimer (mi fallecido padre lo padeció) para lo cual la lengua alemana (ya conseguí el nivel superior) no me es suficiente. Necesito retos superiores y la fonética sueca es harto alambicada y escurridiza para unos oídos tan rudos como los míos.

Pero hay motivaciones más profundas aunque aparentemente prosaicas: la fascinación que siempre he sentido por la vocal sueca «a» coronada por una bolita, indicador de una apertura vocal que tiende a la «o». Es una fascinación sólo comparable a la vocal «o» noruega que incluye una barra inclinada cual símbolo de conjunto vacío en el lenguaje matemático.

Son tonterías que uno se toma muy en serio. Como esa dulce irritación que hasta ahora he sentido en las sección de estanterías de IKEA: ¡colocan libros en sueco de muestra y nadie los roba porque nadie los entiende!

No pienso robarlos (sólo he robado un libro en mi vida y, arrepentido, lo devolví, a pesar de que en la biblioteca tenían dos ejemplares y era una obra de infumable calidad), Pero sí ojearlos. Y entenderlos. Y disfrutar con mis progresos. Se siente un placer especial cuando se aprende. Placer erótico, me atrevería a decir.

Lo atribuyo a que es una excitación que impulsa el riego cerebral (también lo produce el yoga o las artes amatorias o la contemplación de un cuadro bonito). Es -podríamos llamarlo así- la erótica del conocimiento. Aprehensible, manifestable y disfrutable en la más recondita estantería del enésimo IKEA metropolitano.

(Observo con decepción que a los kioscos de la Rambla barcelonesa no llegan diarios suecos; he ojeado uno de noruego al escandinavo precio de 3’5 euros, Noruego y sueco son muy similares, por lo que se deduce).

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Miguel Ángel Violán

Miguel Ángel Violán, Barcelonés. Periodista y escritor. Formador de comunicadores con millares de ex alumnos repartidos por toda España y Latinoamérica. Es doctorando en oratoria y conferenciante.

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