El barcelonés barrio de Hostafranchs principia en Sants y se extiende hasta la Plaza de España. Descubro en él la centenaria Cestería Siscart (Creu Coberta, 123), tablecimiento que tiene algo de mágico, un especie de bazar en versión catalana que desafía a los prolíficos competidores chinos en la vecina calle de Sants.
Unos metros más allá reparo en la bodega restaurante «Monumental», en Creu Coberta,87. Nunca he comido allí pero me atrae poderosamente. El tiempo parece parado desde 1937, su fecha de fundación, iniciada pues la guerra civil española.
(Mis abuelos vivían en la próxima avenida Mistral esquina Vilamarí; desde entonces tanto Hostafranchs como Poble Sec -barrios vecinos- se me antojaban como lugares inhóspitos por donde yo nunca debía deambular solo…)
