Un par de horas antes del cierre de los colegios electorales en Cataluña quiero verter algunas ideas sobre las importantes elecciones de hoy al Parlament. Las hago tras haber presenciado ayer el Barça 2 Las Palmas 1 con rotura de ligamento de Lionel Messi y tras depositar mi voto esta mañana en mi colegio electoral de la calle Rosellón junto a Viladomat.

Pasará el tiempo y tendré curiosidad sobre cómo yo viví estos trascendentales comicios. Ahí van mis reflexiones. Para que perduren.

1.-Mi percepción previa a la campaña y hasta el mismo día de hoy es que estamos ante una sociedad catalana dividida en dos bloques de aproximadamente un 50%, lo cual no deja de producirme una cierta inquietud.

2.-El reciente capítulo -pueril y malsonante-de políticos enzarzados en guerra de banderas en el balcón del ayuntamiento de Barcelona me pareció un insulto a nuestra inteligencia colectiva. Es algo que no se ve ya ni en el fútbol. Un espectáculo ingrato aunque revelador.

3.-La torpeza del gobierno central en el tratamiento de las cuestiones catalanas desde hace una década es de órdago. El independentismo catalán ha contado -a su pesar- con un aliado extremadamente útil.

4.-La voluntad de declarar la independencia de Cataluña de manera unilateral es manifiestamente ilegal. Otra cuestión es si es legítima. La diferenciación entre lo que es legal y lo que es legítimo se estudia en primero de la carrera de Derecho y es una de las nociones más básicas que hay que tener claras. El primer termino alude a lo que dispone el ordenamiento positivo, las leyes. El segundo, a los valores que preceden a esas mismas leyes, entre los cuales debieran figurar los de justicia y equidad en cualquier ordenamiento democrático que se precie. Por otro lado, la historia nos enseña que muchos procesos de independencia se producen por la vía de la ruptura de una legalidad y la creación de una nueva.

5.-La eventual independencia de Cataluña abre las puertas a que el País Vasco siga el mismo camino, una vez trillado y cuajada la experiencia. Una actitud que en términos geoestratégicos ha sido clásicamente dada en llamar «wait-and-see» (espera y observa).

6.-Es evidente que si Cataluña se independiza de España le corresponde -de manera inicial- abandonar la Unión Europea. De igual manera me parece palmario que adaptados los gobiernos europeos a la nueva realidad sería de su interés prioritario el retorno de Cataluña al redil comunitario así como la promoción de relaciones de estrecha cooperación entre Cataluña y España.

7.-Se me antoja evidente que la sociedad catalana tiene todos los ingredientes para crear un país independiente basado en una personalidad propia y una voluntad de ser. Pero de igual manera se me antoja evidente que una relación de cooperación entre Catalula y España en el siglo XXI suma más que un un intento de ruptura, con lo que tiene de riesgo de fractura social, crisis identitaria e incertidumbre financiera, especialmente para el colectivo de pensionistas y personas próximas a serlo que lo último que desean en muchos casos es un tramo final de sus vidas con precariedad añadida. Es un voto un tanto «invisible» pero tiene mucho que decir en el inminente escrutinio.

8.-Entiendo perfectamente que el voto joven se decante por opciones de ruptura. No hay los vínculos emocionales con España que tenemos las personas de más edad ni la consciencia de que somos quesos formados por muchas leches. En mi caso -los Violán- con constelaciones familiares que llegan hasta Tenerife, Jaén y Extremadura, aunque el núcleo duro sea inequívocamente autóctono catalán centrado en el Pirineo ilerdense, el Ampurdán gerundense y la Ciudad Condal.

9.-Una ruptura entre España y Cataluña de entrada perjudica a las dos comunidades pero entiendo que es más España la que pierde. Cataluña cuanto menos dispondría de un proyecto ilusionante si bien de desenlace incierto y no hay que descartar que calamitoso.
Pero no nos engañemos: españoles y catalanes no somos tan distintos como algunos -desde Cataluña- intentan proyectar. Y en materia de corrupción y malas prácticas el escándalo de los tejemanejes del clan Pujol -revelado hace poco más de un año- debe mantenernos con ojo avizor: la idea de patria no debe enmascar la falta de honestidad de un inquietante ejército de advenedizos.

10.-Como testigo que he sido de 40 años de transición política en España me causa perplejidad la falta de capacidad exhibida por unos y otros para edificar una comunidad genuinamente hispánica, basada en el respeto y el interés cultural de los unos por los otros. Se ha gestionado mal un tesoro que se desintegra por momentos.
Ante este paisaje de naufragio colectivo, mi firme deseo de servir siempre a las personas antes que a las ideas, en alusión a una cita papal que he escuchado en las últimas horas y que debiera ser la piedra angular de cualquier proyecto. Para mí lo será.