Acabaré en junio de 2015 mi formación como alumno de C2 en lengua alemana. Se supone que para entonces estaré en el punto más alto del nivel superior. Pero no nos engañemos: dos años más de aprendizaje adicional seguro que me faltarán. El alemán es demasiado complejo como para coronarlo con el C2 de la nomenclatura del espacio educativo europeo.
No en vano preparo como pequeño «Vortrag» (discurso) para mi clase de alemán en el Goethe Institut de Barcelona la alocución «Deutsch als Fremdsprache zu beherrschen: Herausforderung oder Utopie?» (Dominar el alemán como lengua extranjera: ¿desafío o utopía?).