Interesante coloquio el que mantuve el viernes (20-2-15)con una veintena de miembros de la Penya Anguera de Barcelona en su amplio local de la calle Córcega, a cuatro pasos de mi casa. Presenté mi libro «Herr Guardiola» y firmé algunos ejemplares.

El contrapunto triste de la velada lo percibí en el rictus cambiante de mi público cuando abordo-tras el relato elogioso- los puntos oscuros de Pep y muy en particular su relación con Tito Vilanova o su desapego para con su propia gente (sea por saturación o la razón que fuere). Contrasta con la fluída integración que muestra con los rituales bávaros, sea en la ingesta de cerveza, el uso de pantalón corto tradicional con tirantes o las visitas a las peñas de seguidores.

Son aspectos que no puedo dejar de mencionar para hacer un relato equilibrado de cuanto he visto durante varios años de seguimiento del personaje. Omitirlo sería faltar a la verdad y traicionarme a mí mismo. Con todo, son muchas las cosas positivas que Pep desprende e inmenso el legado que nos dejó a su paso por can Barça. Son logros y valores que no debiéramos dejar caer en saco roto.

En lo que a mí concierne le estoy agradecido por lo mucho que aprendí siguiéndole durante un lustro. Fue una continua lección de vida, más allá de decepciones puntuales.