-El lobo. Que viene el loboooo!…
Escuché centenares de veces de niño el cuento del pastorcillo mentiroso en un disco (entonces llamado «single») de la época. La fábula ilustraba que cuando realmente venía el lobo la gente no te hacía caso porque habías perdido tu credibilidad.
Tal cuento me viene a la memoria en relación a las revelaciones periodísticas de algunos medios en los últimos años. Han combinado acierto con burda manipulación de manera tan reiterada que cuando difunden informaciones veraces y de alto calado (léase escándalo Jordi Pujol) caen inicialmente en saco roto. La audiencia está vacunada y hace caso omiso.
Si el propio presidente Pujol no hubiera confesado sus tejemanejes fiscales, muchos catalanes aún no creerían las acusaciones vertidas.
Lo que pone en evidencia que la credibilidad no puede ejercitarse a tiempo parcial. Especialmente en el periodismo.
