Qué bien. Nos cayó una tormenta esta noche en Barcelona. Se hacía de rogar. El cielo nuboso la hacía presagiar. Pero la llegada del agua se posponía. La necesitábamos. Bienvenida sea en esta Barcelona que entra en su segunda quincena de agosto, con las fiestas de Gracia ya en marcha (¡qué bonita la decoración tropical de la calle Verdi!).