Leo un inquietante reportaje sobre el riesgo de desaparición de la mayoría de playas del mundo esquilmadas por traficantes de arena, ávidos del silicio que contienen. Es una amenaza de nuevo cuño contra el turismo de sol y playa…

Recuerdo que el difunto don Luis Riu Bertrán, cofundador de la cadena RIU, proclamaba a mediados de los noventa que la gran amenaza para su sector la constituía el agujero de la capa de ozono en la medida en que podría disuadir del hábito de hacer vacaciones playeras.

El bueno de don Luis (gran personaje, atinado futurólogo) era un visionario. Más que eso: en palabras que le escuché a su propia hija doña Carmen Riu Güell «un revolucionario. Veía las cosas con mucha antelación e impulsaba los cambios antes que los demás». Esta lucidez y su carácter emprendedor fueron claves para la forja del gran imperio hotelero que hoy es RIU, presente en buena parte de las más bellas playas del mundo.

(Playas que habrá que preservar, so pena de que el negocio se resienta. Y ejemplo ilustrativo de que en todos los sectores siempe emergen nuevas oportunidades pero también nuevas amenazas).