Lo ponía papá en un rinconcito de su dibujo, el bosquejo de un inmueble:
-«Dona xafardera» (en catalán, mujer chafardera).
Y allí aparecía la silueta de una mujer desquehacerada.
Me ha impresionado reconocer esos trazos tan suyos, ese humor bienintencionado, la originalidad inefable de su dibujo.
(Hace dos años y medio que papa nos dejó pero dibujos como éste que aparecen de improviso de un archivo remoto resucitan su recuerdo de una manera fulminante).