Se espera la muerte inminente del ex presidente Adolfo Suárez. Justo le nombraban en julio de 1976 y yo tomaba en Madrid mi primer avión a Estados Unidos: era el tema de las portadas de la prensa la elección de ese desconocido para una histórica misión: desmontar el franquismo.
Nunca le llegué a ver en persona y siempre lo deseé. Tenía un carisma muy especial. Su larga enfermedad -precedida por la de otros miembros de su familia- es enigmáticamente cruel. Cómo el destino puede cebarse de esta manera…