Lo ha declarado el director de Mercadona, el empresario Juan Roig: «2012 será peor que 2011». Viniendo la declaración de quien viene, hay para echarse a temblar: suena a verdad. Pura y descarnada verdad.
Estamos acostumbrados a que los dirigentes no nos digan la verdad de las cosas. Por esta razón este arrebato de sinceridad a cargo de un empresario de primera línea y uno de los hombres más ricos del mundo llama poderosamente la atención.
Entre lo que es y lo que conviene decir hay a veces un abismo. A una sociedad madura se la ayuda advirtiéndole de la crudeza de las cosas.
No es tal actitud la que predomina en nuestro país. Y al final las cosas caen por su propio peso.