(JCR)
No pretendo establecer paralelismos porque los casos son distintos, pero siguiendo durante las últimas semanas los acontecimientos de Cataluña, me ha llamado la atención lo que ocurre en un lugar de África donde buena parte de su población reivindica la independencia de su territorio y donde las protestas han sido reprimidas a sangre y fuego. Me refiero al Oeste de Camerún, una región anglófona que tiene una historia de tensiones con fondo de peticiones de secesión poco conocida por el resto del mundo. Las últimas protestas se han cobrado numerosos muertos: diez según el gobierno, 17 según Amnistía Internacional, Una organización de derechos humanos, el Réseau des Défenseurs des Droits Humains en Afrique Centrale (REDHAC) ha dado la cifra de un centenar.
Sábado, 21 de abril