Risto Mejide se subió este sábado a «La Noria» para analizar esta séptima y polémica edición de «OT» y promocionar su libro, «El sentimiento negativo».
Apenas quiso dar pistas sobre el próximo proyecto de TV que prepara para Telecinco. Tan sólo avanzó que «las críticas que he venido ejerciendo hasta ahora contra los triunfitos las dirigiré ahora a la gente de poder como políticos y empresarios, que es algo que me apetece mucho».
Tras ser despedido de OT por sorpresa, Risto ha llegado a ‘La Noria’ explicando sin despeinarse que está «encantado» con sus vacaciones forzosas y que justo llegaron «cuando comenzó a dirigir las críticas hacia arriba», según el resumen de su entrevista que publica Telecinco.es.
También ha tenido puyitas especiales para todo ser nombrado en su presencia y ha adelantado que no se librarán de su dialéctica «políticos y empresarios», sobre los que despachará en su próximo programa.
Risto ha llegado a ‘La Noria’ con la misma capacidad para crear frases lapidarias, pero con una tranquilidad renovada. Ahora que no tiene que estar pendiente de los pasos a publicidad de Jesús Vázquez, el publicista ha cambiado de vestuario para su cita con Jordi González en ‘La Noria’ y, en lugar de su habitual chupa, ha decidido engalanarse con camisa y americana. Eso sí, negras.
«A nadie le gusta que le echen de un sitio»
Pero si la forma cambiaba, no lo hacía el fondo. Enseguida ha dejado claro que «a nadie le gusta que le echen de un sitio», pero que lo ha aceptado sin problema, ha pasado a decir que estaba » encantado» con su libertad momentánea y ha seguido en ascendente recurriendo a un tango para asegurar que no está «en deuda» con el programa porque «ha devuelto los favores prestados».
Para acabar, ha rematado de cabeza a gol con los motivos de su expulsión, dejando bien claro el mensaje a las altas esferas intertelevisivas: «Cuando dirijo mis críticas hacia arriba y no a los ‘fracasitos’ es cuando comienzan los problemas». Tampoco ha apoquinado su órdago a la mayor con un: «No le tengo miedo a Toni Cruz ni a Paolo Vasile, no le tengo miedo al que paga».
«Voy a dirigir mis críticas a la gente de poder»
Aunque Risto esté «encantado» con su periodo de inactividad (en el que ha aparecido en más medios que nunca antes), lo cierto es que ya se están creando las bases de su nuevo programa, cuyos detalles se guardan bajo llave en las principales oficinas de Telecinco.
Lo que sí ha trascendido es que caerá casi íntegramente sobre sus hombros y que, como él mismo ha explicado, «voy a hacer lo mismo que hacía con los triunfitos, pero con los políticos, empresarios y la gente del poder. Igual después de eso me tendré que exiliar yo».
«Me preocupa que en Telecinco se haga apología del conflicto»
Tampoco ha perdido la oportunidad de extender su idiosincrasia al momento actual que vive la cadena, pero sin dejar claro si él se incluye: «En esta cadena se esta haciendo mucha apología del conflicto. Me preocupa lo que ha pasado con Lecquio, lo que pasó con Pippi y Jimmy… estamos pasando del erotismo a la pornografía y ahí el espectador dice basta. Y tiene que decir basta. Hay que buscar el límite de lo que se dice en plató».
«Deseo la felicidad de Llàcer como una patada en los huevos»
Con Ángel Llàcer, director de la Academia de OT y antiguo compañero suyo de la facultad, se ha mostrado especialmente crítico. «Me sabe mal todo lo que le pasa a este hombre y deseo su felicidad igual que deseo una patada en los huevos. Perdón lo de los huevos, ¿estamos en hora?».
Más tarde y movido por la emotividad, Risto ha recapacitado: «Me sabe mal cuando me meto con él, como cuando lo hago con los ‘fracasitos’. No deja de ser el pepele de la productora, un bufón, le tienen ahí, hace gracias… también me sabe mal haberle hecho perder la oportunidad de venir aquí, que sé que lo teníais de segundo. Quizás perdió algo de dinero. ¡Que yo vengo gratis!».
Sin embargo, Risto también reconoció su falta de coherencia al acusar a Llàcer de acudir a «La Noria» como «una diva» – en el chat de El País- cuando al final el que estaba sentado con Jordi González era él. «A veces cambio de opinión, dije que no vendría y aquí estoy».
«El nombre de mi hijo será la campaña de mi vida»
El lado más humano de Risto, ese que esconde detrás de las gafas, del que no quiere hablar y en el que muestra su faceta más tímida, apenas ha se ha entrevisto unos segundos. Si bien no quiso leer la escaleta del programa, ni ver los vídeos que le iban a poner y, como ha remarcado, acudió gratis, lo único que pidió fue no hablar de su vida privada.
Aún así, dio tres pinceladas. Su paternidad es su «mayor campaña», él y su pareja Ruth Jiménez «somos ya uno» y le parece «un tema muy serio para hablarlo de una manera frívola».
«Siempre llevo gafas por timidez y protección»
Y es que poco parecemos saber el común de los mortales, a pesar de la expectación que genera alrededor, del Risto que va a comprar el pan los domingos sin gafas. «En TV utilizo gafas por timidez, para protegerme. Porque sé que algún día, cuando deje de salir en los medios, me quitaré las gafas y nadie me reconocerá, podré mantener el anonimato».
Sin embargo, Jordi González le ha resumido muy acertádamente recordando una anécdota que se menciona en el nuevo libro de Risto, el segundo: «Este señor se encontró con una señora que le dijo que en la calle era más majo que por la tele, a lo que Risto respondió: claro, es que usted no canta».
