(PD).- Luis Piedrahita define su experiencia en «El hormiguero» como «fantástica». El mago está en buen estado después de la operación en la que le extirparon la vesícula. Se ha propuesto incrementar el interés por el síndrome de West, una enfermedad rara.
Lo entrevista Elie M. Smilovitz Kassin en ABC:
-¿De dónde viene el ingenio para convertir las pequeñas cosas en grandes a través del humor?
-Las cosas pequeñas hay más. Si quisiera hacer un monólogo sobre los océanos sólo tendría 7. El humor de las cosas pequeñas se hace desde la vulnerabilidad y la ingenuidad, que a mí me salen mejor que otro tipo de humor, como el insulto. Mi humor es más dócil.
-Ha publicado libros y dirigido filmes. También ha representado monólogos por doquier. ¿Cómo logra hacerse el tiempo?
-Muchas veces a lo largo del día tengo la sensación de estar perdiendo el tiempo. Disfruto haciendo lo que hago y no me cuesta. Por ejemplo, ensayar magia, escribir o practicar algún monólogo son cosas que haría aunque no me pagaran. Desde el primer monólogo que hice han pasado ocho años y en ese tiempo he dirigido películas y escrito tres libros.
-Dicen que planea hacer algo con la vesícula que le han extirpado. ¿Por qué le han operado?
-Me he operado porque tenía que hacerlo, tenían que extirparme la vesícula. Cuando estaba tumbado en la camilla del quirófano, sintiéndome vulnerable, pensé en hacer algo útil, algo interesante con ella. Se me ocurrió subastarla para recaudar fondos para la Fundación sobre el Síndrome de West, que es una enfermedad infantil (afecta a bebés entre 0 y 12 meses). Como no es rentable investigarla, si te toca… Conozco al padre de un bebé que padece la enfermedad y eso despertó mi interés sobre el síndrome de West.
-¿Será en «El Hormiguero»?
-Sí. Saldré con mi vesícula en un bote y la gente podrá ofrecer algo por ella, comunicándose a través del correo electrónico, desde este lunes hasta el próximo lunes 6, cuando se resolverá la subasta.
-¿Y dónde ha guardado la vesícula desde que se la extirparon?
-La he guardado en un bote con formol. Lo más difícil fue viajar con ella desde La Coruña a Madrid. Toda la gente entraba al avión con sus vesículas y sólo a mí no me dejaban porque tenía más de 100 mililitros de líquido. Al final tuvieron que mandarla por correo.
-¿Y cómo se siente después de la operación?
-Yo estoy en perfecto estado. Lo que he hecho es como un acto de terrorismo humorístico. Lo importante para mí es que la gente escuche hablar del Síndrome de West.
-¿Qué nos puede contar de su experiencia en «El Hormiguero»?
Es fantástica. Un programa en donde te dejan hacer lo que quieras, lo que te guste, te permite pensar en iniciativas como ésta.
-¿Qué proyectos tiene?
-Estoy escribiendo el guión de una película. La trama será ingeniosa y se desarrollará en una habitación pequeña con pocos personajes. En ese sentido, es similar a «La Habitación de Fermat», pero en esta ocasión la acción ocurre en un banco, porque el argumento gira en torno a un atraco.
