Lo que podía parecer una simple disputa mediática se ha convertido en un huracán. La escalada bélica entre Intereconomía TV y La Sexta es un hecho. La televisión que preside José Miguel Contreras ha contado, además, con el apoyo no inesperado de Público, el diario de Jaume Roures, socio de la cadena.
La entrada en liza del periódico llega a través de una pieza titulada De guardaespaldas del «Tamayazo» a azote de «Caiga Quien Caiga», en que Wyoming -que compagina ser columnista de dicho diario y rostro de uno de los programas de La Sexta- asegura que en el incidente hubo «intencionalidad política» porque «no es de extrañar, viniendo de Intereconomía, que son muchas cosas, más allá de un medio de comunicación».
Además, un despiece titulado Un «reportero» muy pluriempleado asegura que uno de los periodistas del grupo de Julio Ariza en realidad era el guardaespaldas de los tránsfugas socialistas Tamayo y Sáez, encargándose de «impedir que el presidente de la Diputación de Castellón se enfrentara a las preguntas de la reportera Estíbaliz Gabilondo».
La información de Público se sumaba a los ataques dirigidos contra Intereconomía por parte de varios espacios de La Sexta, como Sé lo que hicistéis.
No obstante, desde el grupo de Ariza también han mandado metralla a La Sexta. El director de su televisión, Xavier Horcajo, en declaraciones a El Semanal Digital, lanzaba una carga de demolición contra la cadena: «Nos han atacado asegurando que no tenemos audiencia, han propalado un embuste. Son una cadena de televisión regalada, que hace bandera del esperpento y la telebasura, y que se mofa llamando padrino a un señor que usa gafas negras porque le falta un ojo».
«¿Es que acaso Caiga Quien Caiga tiene el privilegio de ponerse gafas de sol y hacer preguntas bordes? Ellos pueden destrozar una rueda de prensa, fastidiar al resto de periodistas para montar su shown y ganar dinero a cuenta del trabajo de los profesionales a los que chafan con sus métodos. Pero si se les plantean a ellos los mismos métodos, hablan de acoso», asegura Horcajo, que dejó claro que «siempre que podamos vamos a preguntarles cuál es su relación con el PSOE».
La guerra, damas y caballeros, está servida.
