El caso Neira y los millones a la novia del agresor zarandean a «La Noria»

(PD).- Jordi González volvió a colocar como asunto central de La Noria el caso Neira que, según dijo, junto al juez Tirado y la crisis económica se convirtió en el gran asunto informativo de la semana.

Jordi no ocultó las críticas durísimas que se han hecho al programa de Telecinco así como a sus colaboradores por haber realizado la entrevista que calificó como «la más polémica de los últimos años».

Tras las explosivas declaraciones de la pasada semana, Jordi confesó que quiso invitar de nuevo a Violeta Santander para que diera en directo sus opiniones sobre el alud de críticas recibidas.

Pero Violeta accedió sólo a hablar por teléfono en una entrevista que reconstruyó La Noria, con la voz de un miembro del equipo, ya que según explicó Jordi «tenía la voz desquiciada».

¿Se pagaron 72.000 euros?

A lo largo de la noche, con un debate en el que hubo de todo, fundamentalmente ataques a los medios que no lograron la exclusiva de La Noria, Jordi negó de plano que hubiera cobrado ni 72.000 euros ni 70.000 pero tampoco desveló la cifra, señalando que nunca han llegado a pagar esa cantidad a ninguno de los 153 invitados que han pasado por el plató.

Hizo hincapié además en que Violeta, según sus propias palabras, había recibido ofertas para hablar -pasando por caja- en muchísimos medios. Asimismo, junto al debate sobre los sucesos vividos el pasado sábado y estos días, Jordi introdujo la transcripción de nuevas declaraciones de la novia del agresor del profesor Jesús Neira.

Violeta dijo que sufre «un cuadro ansioso depresivo crónico que se me ha agravado aún más». Señaló que pensaba que sus declaraciones en el programa de La Noria servirían para algo pero que se equivocó. «Ahora no quiero que haya más perjudicados», dijo, para asegurar que ya no hablará más.

Manifestó que va a desaparecer durante algún tiempo y que los médicos que la tratan le han prohibido que participe en nuevos programas o haga más declaraciones a los medios de comunicación. Dijo que quiere evitar que la ingresen.

En la transcripción de la entrevista, anunció querellas contra diversos medios y periodistas pero especialmente el diario que dirige Pedrojota por haber dicho El Mundo que consume drogas.

La novia de Antonio Puerta manifestó además su ira por tener que estar ahora encerrada en su casa y por haberse convertido «en el hazmerreir de toda España» al referirse a las carcajadas que causó en el plató su afirmación de que no la habían pegado sino que sufre de vértigo y eso le causó la caída.

Insistió en que tiene «las pruebas médicas que atestiguan estos mareos y pérdidas de equilibrio».

Agradecido y dolido

Asimismo lamentó el acoso a su padre por parte de otro programa de Telecinco y la imagen que se había ofrecido de él al ser entrevistado por un equipo de Está pasando cuando salía de casa.

Dijo que le habían sacado de sus casillas y pidió perdón por la imagen que ofreció. «Mi madre tiene esclerósis múltiple. Mi padre no duerme. Está mal, muy mal. Está ido. Toma medicación», dijo para justificar las durísimas palabras que dirigió a Jaime Peñafiel.

Jordi por su parte se interrogó sobre si el escándalo se provocó porque ella acudiera al programa o por las cosas que dijo Violeta al hacer balance de esta polémica. Lamentó que hubiera dos varas de medir y que no se hablara de su entrevista a Interviú y todas las críticas cayeran sobre La Noria. Asimismo desveló que tanto Maria Antonia Iglesias como Pepe Calabuig y Pilar Rahola sabían que venía al programa por lo que no hubo sorpresas.

Dolido, a la vez que agradeció las felicitaciones, rechazó indignado que se les hubiera insultado comparando el interés de entrevistar a Violeta Santander con Bin Laden diciendo que nunca hubiera dudado de la relevancia de estas entrevistas.

En el encendido debate sobre fariseismo de los medios, pagar por la información de sucesos, y puyas a la Comunidad de Madrid, Alfredo Urdaci resumió el sentimiento de muchos espectadores diciendo que lo lamentable fue que Violeta no tuviera «ni piedad ni compasión» por Isabel Cepeda, sus hijos, y por Jesús Neira, el profesor que se mantiene al filo de la muerte por la salvaje agresión recibida al recriminar y no aceptar que se maltratara a una mujer.

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