LAN sube al cielo con Concéntrico mediante su instalación Stairway to heaven

La finca Viña Lanciano, de Bodegas LAN, ha sido una de los grandes protagonistas del Festival Internacional de Arquitectura y Diseño de Logroño Concéntrico 05, gracias a la instalación Stairway to heaven, una escalera de ocho metros de altura obra del arquitecto Juan Llamazares.

Concéntrico es un evento anual abierto al público, que se celebra en Logroño desde hace cinco años. Equipos de arquitectos de todo el mundo participan en un concurso del que surgen los proyectos que conforman el festival: instalaciones efímeras que se ubicarán en espacios de la ciudad de Logroño y en Viña Lanciano. Durante el Festival se realizan exposiciones, encuentros, performances, talleres y actividades. Y en concreto, la instalación Stairway to heaven en Viña Lanciano, ha sido una de las obras más renombradas de este festival.

Y es que durante seis días la finca Viña Lanciano, de LAN, ha sido una de los grandes protagonistas de este Festival Internacional de Arquitectura y Diseño de Logroño Concéntrico, gracias, como decíamos, a la instalación Stairway to heaven, una escalera de ocho metros de altura obra del arquitecto Juan Llamazares. Ubicada en el corazón de este viñedo emblemático de LAN, la única obra efímera de este festival construida fuera del casco urbano de Logroño, ha permitido a los visitantes la inaudita experiencia de disfrutar a vuelo de pájaro de las vistas sobre hileras de cepas, suelos de cantos rodados y el río Ebro que abraza a este enclave singular del que nacen los vinos más personales de LAN.

Stairway to heaven fue el proyecto ganador del concurso convocado por Concéntrico 05 y Bodegas LAN. Entre los más de 120 proyectos presentados a concurso, el jurado seleccionó Stairway to heaven «por su singularidad y fuerza en dialogo contrastado con el paisaje. Su carácter simbólico, de hito y a la vez de mirador, y su escala, que incorpora un recorrido ascendente entre las viñas y el territorio».

Amaya Cebrián, Directora de Comunicación y Marketing de Bodegas LAN, valoró este proyecto por su “excelente integración con el paisaje y su originalidad, que nos ofrecer una mirada distinta de nuestra finca Viña Lanciano. Es la tercera instalación que se ubicará en Viña Lanciano durante Concéntrico, y estamos encantados de ver cómo cada creador nos sorprende con su propia forma de vivir y transitar este viñedo que es la seña de identidad de LAN, ligada a la tierra desde sus inicios».

Por tercer año consecutivo, Viña Lanciano acoge a Concéntrico ofreciendo una experiencia única para redescubrir y disfrutar de este entorno y paisaje. El Festival de Arquitectura y Diseño de Logroño se celebra desde hace cinco años cada primavera en la capital riojana, y en el emblemático viñedo de LAN Viña Lanciano, única intervención ubicada fuera del casco urbano de la ciudad.

Concéntrico es un evento anual abierto al púbico, que invita a repensar el entorno mediante instalaciones efímeras en espacios de la ciudad de Logroño y en Viña Lanciano. Durante el Festival se realizan exposiciones, encuentros, performances, talleres y actividades.Cada instalación está creada por equipos de arquitectos y diseñadores que proponen, reflexionan, experimentan y exploran nuevos campos del diseño del entorno.

LAN está unida a este importante evento cultural de Logroño desde 2016, y en 2017 estrechó aun más su colaboración con la ubicación por primera vez de una instalación en Viña Lanciano. Pic-nic (2017), Entrever (2018) y Stairway to heaven (2019) son las tres obras que han descubierto nuevas formas de ver y vivir este viñedo único en el marco de Concéntrico. Todas las obras fueron ganadoras del concurso internacional convocado por Concéntrico y LAN, al que se presentan cada año cientos de propuestas procedentes de todo el mundo.

Según nos declara su propio autor, «Stairway to heaven es una instalación al servicio del paisaje donde se sitúa: Viña Lanciano. El objeto en si no es más que un vehículo para facilitar la experiencia de redescubrir el entorno. Parte de esa experiencia es la emoción del ascenso, que ya en sí es un reto. Y la recompensa final es llegar a la contemplación del viñedo y de su privilegiado entorno desde un punto de vista situado a ocho metros de altura. Cuando estás allí arriba, solo, sobre la viña, te sientes de verdad en el cielo».

Y continúa: «El montaje ha supuesto todo un reto ya que, pese a la aparente sencillez, la instalación encierra una gran complejidad técnica y de ejecución, a lo que hay que añadir un plazo limitado de apenas cinco días y el hecho de trabajar a la intemperie, sin conexión eléctrica y alejados de la ciudad. La arquitectura es siempre un hecho colectivo donde intervienen multitud de actores. En nuestro caso hemos necesitado la intervención de una máquina excavadora, una grúa de seis metros de pluma, la instalación de andamios de tres metros de altura, el uso de una plataforma móvil, un grupo de gasolina para la alimentación eléctrica, y la intervención de al menos una docena de personas. Con todo esto, y tras jornadas de diez horas o más, soportando viento, sol y lluvia, puedo decir que, personalmente, la experiencia ha sido sumamente positiva. Los retos siempre son interesantes y te llevan un paso más allá de lo que estas habituado a hacer. Quiero agradecer a todos los que con su esfuerzo han contribuido a llevar a cabo la instalación, incluida la cuadrilla de campo que trabaja en Viña Lanciano«.

Hablemos también brevemente de las instalaciones anteriores antes mencionadas. Entrever (2018) es obra de los arquitectos Julia Díaz, Francisco Javier Fernández y Ane Villaverde, «La instalación juega y en cierto manera modifica el ritmo constante que marcan los viñedos -situados siempre a la misma distancia, en filas ordenadas-. Entrever crea un ritmo propio y aleatorio, frente a ese ritmo constante del viñedo. La instalación está formada por estacas de 2,5 metros de altura, que se sitúan a distancias aleatorias unas de otras, permitiendo distintas visiones del paisaje a través suyo. Además, desde las estacas flotan globos de helio hasta 12 metros de altura, que intervienen y distorsionan el paisaje, creando experiencias y visiones únicas de cada persona que mira», nos explican ellos mismos.

Pic-nic (2017) es obra del estudio de arquitectura TAKK, Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño, quienes nos explican que «Pic-nic es un espacio público donde encontrarse, sentarse, mirar, hablar, beber y comer. Se ha ubicado en el viñedo una «cama redonda» de cinco metros de diámetro con un cerramiento que sube hasta los seis metros y permite crear un espacio en el paisaje transparente a los vientos, la luz y las vistas, donde poder reunirse. Un espacio en el que, a través de la comida y la bebida y los materiales con los que se recubre la estructura o las pajareras que la coronan nos permite relacionarnos con el entorno».

Fundada en los años 70 en el corazón de la Rioja Alta, el nombre de LAN procede de las iniciales de las tres provincias de la D.O.Ca. Rioja (Logroño, Álava y Navarra). Reconocida por su carácter innovador y su consistencia, LAN tiene el privilegio de trabajar con una excepcional materia prima procedente de su finca de 72 hectáreas Viña Lanciano, abrazada por un espectacular meandro del río Ebro y en la que practica una viticultura artesana y sostenible.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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