Cinco planes para vivir la Comunidad Foral en primavera

La llegada de la primavera convierte a la Comunidad Foral en un destino muy apetecible para realizar multitud de planes al aire libre. Rutas desde el Pirineo Navarro, la Zona Media o las áridas Bardenas Reales se unen a un completo calendario gastronómico para dar la bienvenida al mes de marzo.

1. Si hay un territorio con un reflejo directo en la gastronomía, ese es, sin duda, Navarra. La Comunidad Foral, con toda su diversidad geográfica, se presentó durante la última edición de FITUR como un destino cuyo relieve se presta a ser degustado de norte a sur, con unas tradiciones en torno a la mesa que cuentan historias del ayer, mitos y leyendas.

Por ejemplo, en relación con la gastronomía, Navarra encierra historias que “hablan y cuentan” cada paisaje. Y además esa relación territorio-gastronomía hace de Navarra un completo mapa digno de ser recorrido en familia o en pareja, a través de diferentes propuestas ahora que se acerca la primavera. Una de ellas pasa por recorrer la conocida Ruta del Vino de Navarra. Una ruta a través de las diferentes bodegas de norte a sur de la Comunidad Foral, y donde explorar las posibilidades eno-turísticas de cada zona. Desde Otazu hasta Ablitas, la Ruta del Vino de Navarra se convierte en una excelente oportunidad para explorar Navarra en familia a través de sus viñedos. Un plan que puede realizarse parejo al extenso calendario gastronómico navarro, ahora que se acercan algunas de las fechas más significativas en torno a la buena mesa navarra, como la Semana del Pincho de Navarra o el Mercado de las Viandas de Tudela en marzo o las Jornadas de Exaltación de las Verduras de la Ribera, Vinofest en Pamplona o el Día de la Alcachofa y el Espárrago de Cabanillas en abril.

2. Y en cuanto a naturaleza, podemos hablar de tres parques naturales que vienen a ser “tres Navarras” diferente. Porque para explorar a fondo la naturaleza, tres puntos representativos son claves a la hora de descubrir la Comunidad Foral. Por un lado, el Parque Natural del Señorío de Bertiz, en el Pirineo Occidental. A orillas del río Bidasoa, se encuentra uno de los rincones navarros más famosos, que presume de integrar a la perfección la naturaleza y la historia. Secuoyas de California o gingkos de China conviven en un jardín botánico con 126 especies naturales diferentes, junto a nenúfares, bambúes o camelias.

Bajando hacia la Zona Media, encontramos el Parque Natural de Urbasa Andía. Una imponente masa verde de prados frondosos y hayedos perfectos para recorrerlos a pie a través de un agradable paseo y donde conocer cómo vivían antiguamente pastores, madereros y carboneros en este territorio de dólmenes, yeguas y ovejas.

A una hora y media en coche hacia el Sur, el Parque Natural de las Bardenas Reales se ha convertido en los últimos tiempos en punto imprescindible dentro del turismo cinematográfico en Navarra. Juego de Tronos, El Mundo nunca es suficiente o El Monje son solo algunos de los filmes que han apostado por el desierto navarro (Reserva de la Biosfera por la UNESCO) para rodar algunas de las escenas más reconocidas de estas películas. Un paisaje lleno de misticismo, donde las formas que ha marcado la naturaleza con el paso del tiempo han inspirado a múltiples artistas.

3. Y en cuanto al ambiente urbano, debemos hablar de la ciudad de Pamplona y su “slow life”. La llegada de la primavera convierte a la capital navarra en uno de los destinos más visitados a partir del mes de marzo. El calendario gastronómico liderado por la Semana del Pincho de Navarra del 22 al 31 de marzo pone el brillo a un sinfín de planes para disfrutar de la capital de una forma cómoda. Una semana en la que la alta gastronomía navarra llena las calles del casco viejo de Pamplona de algarabía en torno a la buena mesa navarra. Un momento social de altura, donde los productos de proximidad navarros y el territorio del que proceden se hacen arte.

Una visita a la Catedral y sus alrededores (como por ejemplo las impresionantes vistas desde lo alto de las murallas del Caballo Blanco), un almuerzo en la Plaza del Castillo, disfrutando de un escenario dominado por el clásico Hotel La Perla (conocido por ser el hotel donde se alojaba Hemingway), recorrer los Jardines de la Taconera o un paseo en bici por el paseo fluvial del río Arga son algunos de los planes que ofrece la capital navarra.

4. Y una agradable opción puede ser visitar el Valle de Ultzama, denominado «la Suiza navarra». A solo 20 minutos en coche de Pamplona hacia el norte, el Valle de Ultzama recibe entre casas empedradas y verdes valles a cada visitante que apuesta por esta zona. Pueblos como Larraintzar, Guelbenzu o Lizaso reciben al turista entre empedradas calles llenas de coloridos balcones, fachadas en piedra y porches donde la madera tiene un gran protagonismo.

La ruta por este valle transcurrirá entre inmensos bosques donde pastan los rebaños de vacas y ovejas latxas. Uno de los puntos más representativos es el Bosque de Orgi, un robledal milenario de más de 80 hectáreas que hoy constituye toda un Área Natural Recreativa. Cómodos senderos invitan al paseante a recorrer esta selva–laberinto por el que recorrer las edades del bosque.

Un oasis gastronómico donde la tradicional cuajada, servida en los conocidos kaikus (recipientes de madera) es una de las estrellas de la mesa gastronómica de Ultzama. Un postre que se ha convertido también en un habitual para los aficionados a la micología, que tienen en el Parque Micológico de Ultzama uno de sus baluartes del turismo rural. El hongo, las setas y la trufa se convierten en los imprescindibles hasta bien entrada la primavera en la Comunidad Foral, con un punto de información en la localidad de Lizaso con todos los detalles de la zona.

5. Y nos queda el Camino de Santiago, claro pues hay que saber que Estella-Lizarra y la Zona Media constituyen toda una inmersión en zona jacobea. Conocida como la “Toledo del Norte”, entrar en Estella-Lizarra supone sentirse un peregrino más en la ruta hacia Compostela. Un punto imprescindible para conocer el patrimonio histórico y arquitectónico navarro donde poder explorar el pasado sefardí de los tres burgos medievales. Sus intrincadas calles o “rúas” como eran conocidas en la antigüedad, hablan por sí solas de la historia de una ciudad que fue la mejor fortificada de todo el Reyno de Navarra. Un punto que también invita a conocer la rica historia carlista de Navarra y las legendarias disputas entre estos y liberales. Una ciudad, en suma, siempre animada, especialmente todos los jueves del año, cuando tiene lugar su tradicional mercado medieval entre las plazas de San Juan y de Santiago. Con la llegada de la primavera, Estella-Lizarra se convierte en un mapa digno de ser recorrido en su famoso “Tren Turístico”. Un modo de conocer esta ciudad y sus principales puntos patrimoniales.

Las fotografías son cedidas por el Servicio de Marketing Turístico del Gobierno de Navarra.

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

Juan Luis Recio

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